“Nunca la ciencia llegará al último término ni dirá la última palabra. ¿Debe ello desesperarnos? Al contrario. Si la tarea fuese limitada, muy pronto enfriaría el espíritu del hombre, que de una vez por todas, dígase o hágase lo que fuere, nunca se siente tan feliz como cuando puede romper y salvar un límite” Dice Bakunin en La Libertad
Mes: mayo 2015
Es difícil encontrar en la ley Wert rastros de algún proyecto o pedagogía del siglo XX o XXI o aún del XIX …… ni siquiera se lo propone, y en tanto no lo hace, no es más que regresión y una antigualla antes mismo de conocer su práctica, que evidentemente será lamentable y aumentará aún más la confusión en las aulas y en los espacios de aprendizaje.
“Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro” decía Groucho, y tenía mucha
La ley Wert conduce a una mayor confluencia y aún confusión entre la educación y el poder económico y su reproducción. Las tendencias a reforzar el papel del libro-manual en las distintas etapas educativas, y también a reforzar la tecnicidad de los aprendizajes, acaban conduciendo a una peor educación y seguro a peores resultados sociales.
«Se ama aquello por lo que se trabaja, y se trabaja por lo que se ama» Eric Fromm, «El arte de amar»
La ley Wert ataca la ciudadanía y la sustituye por la fé y la religión, y eso es muy grave. No sólo es regresivo, sino que reduce las posibilidades potenciales de un ser humano de llegar a ser un ser cooperativo, social y libre.
Hacer cosas es la base para aprender, hacerlas y luego incorporarlas a nuestro conocimiento. Además, nos sentiremos más alegres y optimistas haciéndolas que memorizándolas en un libro o escuchando a un profesor. Es más, la misma práctica nos incitará a hacer nuevas hipótesis y alternativas de trabajo y tal vez favorezca la innovación, tanto en las formas como en los contenidos. Se aprende haciendo, y mejor haciendo en grupo. Todo se enriquece con la aportación de más de uno y con la compartición social de lo que hacemos. Al tiempo, esa sociedad inmediata revisa nuestros pasos y les aporta calidad.
Se puede aprender sólo estudiando y repitiendo, pero es más lento y más ineficaz y menos social.
La ley Wert retrocede de manera significativa en los avances que se habían logrado al recuperar lenguas y culturas minoritarias en nuestro país, volviendo a franquismos y similares que en gran medida creíamos haber superado.
La ley wert-¿edero? es probablemente la más regresiva que se ha ideado en la pobre democracia de los últimos treinta y tantos años. Me siento como Groucho Marx cuando afirmaba: «He disfrutado mucho con esta obra de teatro, especialmente en el descanso». Para deglutir toda esta regresión, la sociedad española va a tener que darse un gran descanso, porque es como si volviésemos a lo más «selecto» de los años franquistas.
Ritmos para el aprendizaje: los ciclos Es conveniente cambiar de estrategia y enlazar la formación y el aprendizaje -como tarea permanente- con la mejora continua