Les pagan por mantenernos en la crisis permanente; les pagan -y cada vez gastan más y tienen más asesores- para encontrar fórmulas para que nos convenzamos de que la culpa de todo la tenemos nosotros; les pagan por deprimir la tasa de salarios y reducir el salario social; les pagan por mentir y aplicar el rodillo de una mayoría conseguida con mentiras y promesas que nunca se han, ni siquiera, intentado poner en marcha; les pagan por no hablar, más que en privado; les pagan …. de sobresueldos …. por ser más eficientes para el sistema; les pagan para que los monopolios ganen más y sean más monopolios; les pagan por explotarnos; ….. y no sólo les pagan, casi estoy por afirmar que están encantados del poder que rezuma hacer lo que te han mandado o te mandan, pero con tu propio sadismo disfrutas.
Mienten -constantemente-, no saben lo que es respetar al otro, están enfermos de un poder que les ha infundido «la famosa mano invisible», los ¿mercados? o los que los manipulan, más estos, los otros no existen más que para redistribuir la renta y riqueza a favor de sus dueños. ¿Cómo no iban a corromperse? El poder, corrompe; el poder absoluto, corrompe absolutamente.