“No pierdas el tiempo afligiéndote por errores pasados; aprende de ellos y sigue adelante”

“Donde tropiezas está tu tesoro”

“No esperes a que muera alguien para decirle cuanto le amabas, díselo hoy que lo tienes cerca”

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23 comentarios en «3»

  1. La muerte como destino inevitable agosta el destino de muchos hombres. Los más la niegan, revistiéndola de un cuadro de incierta trascendencia, y se olvidan de su propia vida, embriagados por sus propias ilusiones. Algunos, petrificados como por la misma gorgona Medusa, son incapaces de ver más horizonte que el propio fin, y gastan sus días entre angustias y añoranzas, arrepentimientos y miedos; o se lanzan hacia la misma para acelerar lo que les parece inevitable, consumiendo cada segundo de existencia para acabar con su sufrimiento. Pero aún queda un tercer tipo, los indiferentes, que viven la certeza del propio fin con la misma falta de pasión que les produce la deriva de los continentes. Es de ellos la responsabilidad de acompañar a los demás, de recordarles que la única verdad es que están aquí, ahora, y en compañía de los demás, para que no vivan como muertos, en lugar de morir como vivos.

  2. Todo lo que nos aleje de la horizontalidad, del hoy, del prójimo, prometiendo una verticalidad que ha de venir, no puede ser aceptable ni verdadero. El otro ESTÁ aquí, y lo Otro, …, bueno, pues Dios dirá. «No tengo más pruebas de que existe un Dios personal, que cuida de mí, me premia y me castiga, de las que pueda tener de que no existen los dioses del Olimpo griego, vengativos, caprichosos, anárquicos, antropomórficos y contingentes», decía un gran ateo. No se trata de optar en la dicotomía entre ateísmo y creencia, sino de reconocer que las miradas verticales que olvidan el horizonte temporal, y pretenden revestirse de jueces terrenales del bien y del mal, como delegados de una autoridad divina que sólo los entendidos comprenden, suenan a DEMASIADO humanas.

  3. Hoy estoy místico -las guardias, que me vuelven trascendente. Lo que necesito es otro gazpacho manchego en buena compañía para aterrizar entre los amigos, y salir de la prisión condicional periódica del hospital.

  4. No me extraña …. lo de las guardias tiene que desconcentrar. Lo que no me explico es como seguís teniendo humor y capacidades. Yo no podría. Todos tenemos de todas formas, nuestros días místicos. A veces, es la luna la que nos engancha. Quién sabe.

  5. La tercera frase me gusta especialmente porque es educativa para el especímen español. Tenemos que reforzar nuestras manifestaciones de cariño, ocultas tantas veces bajo la coraza de la timidez ….. ay, la timidez, que gran problema.

  6. Y es cierto, siempre se tropieza en el tesoro, aunque a veces ni siquiera nos apercibimos de que es un tesoro. Pero las coincidencias son pertinaces …. y nos hacen volver a golpear justo donde está, pero nuevamente no nos damos cuenta.

  7. Conozco a algunas personas que viven un presente vacío, un presente sin presente, porque se han quedado enganchados en un pasado que les sorprendió o que no ocurrió como ellos pensaban que eran justo (sic) que ocurriese.

  8. Por cierto, ¿por qué homenajeamos tanto a las personas cuando están muertas? Es más, aunque todos coincidamos en que era una malísima persona, la muerte parece que la salva a nuestros ojos y opiniones. No es justo, ni edificante que sea así. Si era una buena persona, hay que homenajearla escuchándola, comprendiéndola, compartiendo con ella sus sentimientos, y si puede ser, amándola.

  9. Añado a tus pensamientos un hermoso poema, que leí hace un par de días, de Ricardo Miró «La última gaviota».

    Como una franja temblorosa, rota
    del manto de la tarde, en raudo vuelo
    se esfuma la bandada por el cielo
    buscando, acaso, una ribera ignota.

    Detrás, muy lejos, sigue una gaviota
    que con creciente y pertinaz anhelo
    va de la soledad rasgando el velo
    por alcanzar la banda ya remota.

    De la tarde surgió la casta estrella,
    y halló siempre volando a la olvidada,
    de la rauda patrulla tras la huella.

    Historia de mi vida compendiada,
    porque yo soy, cual la gaviota aquella,
    ave dejada atrás por la bandada.

  10. Esta cultura nuestra, en la que el hombre habla, y la mujer asiente, nos está haciendo perdernos la mitad prudente y reflexiva de la mente humana. Y ahí nos tienes, envueltos en una tempestad de actividad y movimientos, y con nula autoreflexión y autoimagen. Para mí mi mejor ejemplo es mi mujer: pocas veces he visto una inteligencia tan fina y práctica, una visión generalista de las situaciones tan inmediata; y sus capacidades se quedan -voluntaria, cultural y socialmente- para desempeñar un trabajo mecánico diseñado por varones, con mira de varones y errores de varones, para mujeres.
    Hay que revalorizar a la mujer, pero no con estúpidos ministerios de igualdad, o feminismos mimetizadores del macho mal entendidos y peor orientados. Porque el otro es quien nos salva, y la otra, la que nos permite comprendernos.

  11. Muy interesantes la primera y la tercera cita. es cierto que las personas estamos acostumbradas a quedarnos estancadas en el pasado y por esta razón detener nuestro desarrollo. Si queremos salir adelante y evolucionar tenemos que intentar obtener del tiempo una mayor calidad de vida y bienestar.Creo que podríamos interpretar estos tres momentos:pasado , presente y futuro relacionándolos el primero con el aprendizaje, el segundo con la vida y el tercero con un plan de vida. Aprender del pasado,para vivir en el presente y planear el futuro con alegría estando convencidos que cada día será mejor que el anterior. Si el pasado y el futuro están demasiado vinculados, nos oprimiran y axfiasiarán y no le daremos una solución. El pasado no nos deja disfrutar de los momentos presentes, ni planear un futuro, debemos tratar de olvidarlo, nos debe quedar de él lecciones, enseñanzas, aprendizajes, como decía antes y tratar de no repasar.
    El futuro lo creamos nosotros aunque aparezcan los miedos y las preocupaciones. Por estas razones el pensamiento elegido por tí es muy acertado.“No pierdas el tiempo afligiéndote por errores pasados; aprende de ellos y sigue adelante”

  12. “No esperes a que muera alguien para decirle cuanto le amabas, díselo hoy que lo tienes cerca”
    Es una gran verdad, cuando amamos a alguien no se lo decimos suficientes veces y cuando nos falta nos arrepentimos.Nunca encontraremos de nuevo las cosas o personas que hemos perdido. Terminaremos con el tiempo olvidando gestos y sensaciones que su presencia nos producía, por que sabemos, aunque no lo aceptemos, que el llanto de ayer lo sustituye la risa de hoy, porque la noche la cubre el día, al sol la luna, pero mañana, habrá más sol, más luna, más luz y más oscuridad.

    El amor nunca muere, nunca se olvida, ni el amor de pareja ni el amor a nuestros seres amados que ya no están con nosotros. El amor se renueva día a día con otras cosas que ocupan nuestra vida y tiempo, cosas que pueden darnos alegrías y tristezas, el amor nos hace vivir de nuevo, siempre tenemos amor para alguien más, aunque siempre recordemos a quienes ya no tenemos con nosotros.

  13. Estoy de acuerdo con eso de que el amor nunca muera ni se olvida. Queda grabado a fuego en nuestros corazones. Yo, al menos, siempre que he llegado a amar, nunca he podido olvidar. Y es más, en mí queda siempre un recuerdo en positivo. No recuerdo los malos ratos ni las razones por las que ese emparejamiento quedó atrás, aunque las conozco y las sé, pero tiendo a dejarlas de lado, por recordar lo positivo. Tengo la sensación de que ocurre algo parecido a los que nos pasa con nuestros muertos que los recordamos por lo positivo, y raramente por lo negativo, que seguro que también tuvieron.

  14. Sin embargo, no pensamos igual de los demás, aunque los demás hagan como nosotros. Y cuando pensamos en el vacío que dejaremos al morir, al menos es mi caso, pienso que pocos se van a acordar de tí, excepto los más inmediatos. Me imagino que habrá muchos -tal vez hasta la mayoría de los conocidos- que les parecerá bien que ya desaparezca de una vez.

  15. De todas formas, una cosa he aprendido con los años, hay que decir más veces te quiero o te amo o te deseo, y hay que materializar más veces todo eso en obras y acciones. En todo caso, aunque lo hayas dicho, siempre piensas que lo debías haber dicho más.

  16. Es cierto la timidez en estos temas nunca es positiva, hay que hacer un esfuerzo para que las cosas que vamos aprendiendo a lo largo de nuestra vida seamos capaces de aplicarlas en las siguientes ocasiones. Manifestar sentimientos positivos siempre te mejora y al que escucha también y si es frecuentemente mucho mejor.

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