Sin experiencia no hay posible innovación, y por eso la experiencia está en la raíz de todo, en la acción (“tirarse a la piscina …”). A la experiencia hay que vincular el análisis que nos permite saber constantemente donde estamos, hasta donde hemos llegado y lo que nos queda por recorrer.
Mes: abril 2007
El SIDI es el sistema de diagnóstico del modelo de innovación. El papel que juega el análisis de los sistemas de mejora continua es muy importante, porque estos sistemas suelen ser una dimensión desarrollada de las organizaciones, que implican análisis y conocimiento, y dinamización.
Según las empresas se van configurando como más grandes existe una tendencia a empeorar la calidad de la comunicación, por fragmentaciones, aislamientos, y otras muchas dificultades de todos conocidas. Dada la importancia que hemos conferido a la red de relaciones de una empresa, este es un problema importante que puede afectar a los resultados, como hemos dicho.
Es conveniente cambiar de estrategia y enlazar la formación y el aprendizaje -como tarea permanente- con la mejora continua y aplicada, conferirle un ritmo continuo, pero con pausas a la formación; la que lo acerca al puesto de trabajo, etc.
¿Les gusta nuestro Sócrates, inventado por un joven de Córdoba (Argentina)?. Pues disfrútenlo.
Ritmos y grupos. Cada momento grupal necesita un ritmo, una oscilación pendular, unos contenidos, unos espacios que son más eficientes.
Este texto es parte de la síntesis del estudio de directivos que publiqué en 1999 en mi libro: «Innovando en la Empresa», en su capítulo quinto. Me pregunto cúal es la actualidad del mismo, y me respondo que por desgracia, sigue siendo muy vigente, aunque algo hemos aprendido por el camino. Los Directivos y los aspirantes a directivos saben adonde tienen que mirar para seguir ascendiendo. Y la mirada dominante está vinculada a la subordinación hacia el superior. No es que esto sea inadecuado globalmente, sólo es patología cuando se practica obsesiva, maniatica y únicamente. Me ha parecido interesante recordarlo, porque los «éxitos» de la economía española en los últimos años conlleva un cierto grado de vanidad, que es conveniente al menos permitir que las personas se vean algo reflejadas y piensen, piensen en lo que hacen. Hay que tener en cuenta que «nuestros éxitos» lo han sido teniendo por locomotora a uno de los sectores más «atrasados», en términos de conocimiento gerencial, y aprovechando lo que podríamos llamar plusvalor absoluto.