Un monopolio lamentable, como todos los monopolios, pero tal vez de los mayores tramposos existentes. No sabemos, no podemos saber en cuánto y en qué nos manipula, pero nos tortura de forma continua, y esa es la base de su poder omnipotente.

Empiezo los días con una gran alegría y normalmente con dos o tres temas en mi cabeza para poder trabajar y escribir sobre ellos, esos aparte de mi trabajo cotidiano en temas de innovación. Pues bien, no hay día que después de una o dos horas, a veces antes, Word haya estropeado mi día y mi alegría y lo haya convertido en un día horrible. Por supuesto, no es la única forma de llegar al día horrible, pero está garantizada por el propietario de Word.

Según empiezas a trabajar, a escribir, a desarrollar tus ideas, hay un punto en que todo se acaba paralizando «por razones técnicas», razones desconocidas, pero casi seguro que promovidas desde el lamentable y monopolista Word. Uno se va desesperando, cuando estaba desarrollando una idea, como me ocurrió hace dos días, y el puto Word se le ocurre estancarse y anular todo lo que había escrito. O bien, hoy, ahora mismo, en que también se empezaba a sentir bien formulando una propuesta, cuando inexplicablemente Word me hunde y me indigna con una paralización, donde «está pensando».

Tal parece el ordenador de «2001, odisea del espacio» de Kubrick, no me deja disfrutar, no deja lugar para seguir estando alegre y realizado. ¿Será un nuevo mecanismo de la NSA, espiador profesional de todo lo que hacemos o de alguna agencia alentada y/o cómplice del monopolio. Lo he pensado, porque ahora hasta mi ordenador se ha dedicado a decir que no puedo conectarme con tal o cual fuente, porque tengo el reloj atrasado:

¿será una broma pesada o una manera de evitar que siga manteniendo mi tono crítico con el Capital?

Me temo que les molesto más de lo que pensaba …….. siempre quieren que mi sea horrible-horrible-horrible. Tal vez lo consigan, y seguro, me pasará como pasa con los atascos, nunca sabremos por qué fue ….. sólo vemos que después de un tiempo, volvemos a circular.

Nunca sabré si es una manipulación o si con la edad y la crítica me he vuelto más paranoico. En todo caso, lo escribo e igual me dejan publicarlo en mi blog. Voy a desearlo a ver si rompo el embrujo.

A los de microsoft los he llegado a odiar tanto. Me han hecho tanto daño, que también es probable que sea una respuesta en «justa» correspondencia a mi actitud.

Entradas relacionadas

2 comentarios en «Microsoft»

  1. Microsoft es una más de las empresas lamentables y tristemente monopolistas que han surgido en el mundo internet. Con bien poco, se han hecho con un super-monopolio, de esos que no desaparecerán, por desgracia, jamás. ¿Por qué, qué ha sido lo que los ha llevado adónde están? ¿Windows, una ventana que ni siquiera es original de Microsoft? Pues si, y el hecho de que apoyados y a partir de un proyecto de empresa que facilitaba la producción de ordenadores en libre, hayan convertido en obligación su Windows. Luego y después de mucho tiempo, vienen los «buenos», los de Mozilla, pero cuando todos ya estábamos acostumbrados a los malos, los de Microsoft. Y eso ocurrió en pocos años, pero sigue siendo la base del monopolio mundial de Windows-Microsoft. No han tenido ni que perfeccionarlo, sólo para que dependiéramos más de ellos. Cada nueva edición significaba más trabas a la libertad y más dependencia de estos señores y por supuesto, de los que los espias del imperio. A veces, estas nuevas ediciones las convierten de obligado cumplimiento y o las coges o te vas …. como las lentejas. Y si las dejas, te quedas sin comida para siempre. Autoritarismo en cada paso, monstruoso, horrible, pero cierto. Lo propio de todos los monopolios: nos tratan como residuos, subordinados, escoria que ha de cumplir sus decretos, como los franceses con el lamentable primer ministro y su presidente: a golpe de decreto, pues aquí igual. O las coges o no comes. Tienes libertad para elegir, toda la libertad como nos quieren hacer creer los neoliberales. Como decía mi maestro, José Luis Sampedro, uno no se da cuenta de que no es libre, nada más que cuando no tiene dinero, va a un sitio, y no puede comprar ni comer. De eso se trata, eres libre para morir de hambre.

Responder a roberto carballo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *