V Encuentro: no más aburrimientos, sonría por favor

¿Cómo es posible que muchos estudiantes, una gran mayoría, se aburran en las aulas?

El V Encuentro es un paso para ver experiencias que se pueden montar, para conocer en directo lo que dicen los estudiantes y que les gustaría más ver en el aula, también lo que nos pueden decir los innovadores y emprendedores sociales, aquellos que representan de alguna forma la sociedad del inmediato futuro, que nos pueden decir sobre las necesidades sociales.

Todo ello va a forjar un espacio complejo, pero bien organizado, dónde no nos vamso a aburrir, entre otras cosas, porque va a ser muy práctico, muy participativo, muy democrático y muy novedoso -sobre todo para los que vengan por primera vez-. OS ESPERAMOS en el V ENCUENTRO DE INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS INNOVADORAS.

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Si queréis apuntaros, podéis hasta hacerlo aquí, enviándome un mensaje a mi correo, o bien a las direcciones que apunta David Alonso, o hasta a mi correo personal: robertocarballo@gmail.com No lo dudéis, vale la pena participar en este Encuentro: es un verdadero Encuentro, no una impartición de doctrinas, sino un intercambio de experiencias y de conocimientos. Todos participamos, todos escuchamos, todos trabajamos, todos formamos grupos, todos nos organizamos, todos los que queramos vamos a poner en marcha proyectos de innovación. ¡¡¡¡¡ANIMAROS!!!!! Os necesitamos, todos nos necesitamos, no sólo en el mundo educativo, sino en el organizacional, el del cambio social o hasta en el político. ¡¡¡Hay tanto por aprender y tanto en que colaborar y cooperar!!!!!

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Cuando miramos a nuestro alrededor muchas veces pensamos ¡cuanto hay todavía por hacer! ¡Cuántas cosas hay que cambiar! Y este es el momento, el momento de prepararnos para una sociedad que emerge, una sociedad más participativa, más democrática, más cooperadora, y menos jerárquica, menos autoritaria y menos discriminadora y hasta injusta. Pero eso no se logra como si cada uno fuéramos la imagen de Robinson Crusoe en su isla desierta, sino cooperando. Si queremos llegar a la cooperación y hasta la justicia, tenemos que aprender a cooperar, ¿cómo? cooperando, aportando, dando …. y este es una gran oportunidad. ¡¡¡¡OS ESPERAMOS!!!!

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Como decía el famoso Duque, el del anuncio: BUSQUE, COMPARE Y SI HAY ALGO MEJOR, CÓMPRELO …. Si no estáis satisfechos os devolvemos el dinero …. ¡Qué lapsus!, ….. pero si no cobramos nada. GRATUITO y como decía Machado, sin confundir valor y precio. Mucho valor y ningún precio.

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El único coste es tan sólo dedicar unas horas a disfrutar. Seguro que lo mereces, también lo merece la institución o la empresa en la que trabajas, y por supuesto y sobre todo, lo merecen tus estudiantes, tus alumnos (no me gusta mucho la palabra alumno, pero …. por una vez que la utilice espero que no me crucifiquéis). Ellos se sentirán mucho mejor cuando imites o transformes todo lo que has apuntado en nuevas formas y estilos en tu práctica docente. A ver si conseguimos dentro de un año que haya menos estudiantes aburridos en las aulas.

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Hoy me dediqué a entrar en las aulas de colegas que estaban impartiendo sus clases, con objeto de informar del V Encuentro y también de un programa de Innovadores Sociales.

En muchos casos, me di cuenta de muchas cosas que ya sabía:

– la mayoría estaban sentados en su púlpito-tarima -algunas tarimas realmente altas- (jerarquía), otros sin embargo, ya se movían de un lado a otro;

– en todos los casos, sólo se oía al profesor y en un caso, oí a un estudiante preguntar, pero casi siempre la palabra era del profesor (monopolio);

– también me dí cuenta en dos casos que los estudiantes tomaban apuntes bajando la cabeza en vez de mirar al profesor (dependencia-subordinación);

– las aulas donde se impartían las clases, eran todas clásicas, «enfrentando» profesor y alumno (curiosamente, las aulas más participativas, dónde se podían ver todos las caras no estaban ocupadas (100, 200, etc.);

– varios profesores «sufrieron» teniendo que aguantar a un «intruso» -yo- que les pedía cinco minutos para contar algo a «sus alumnos» y en dos casos me llamaron la atención por extenderme un poco más de los cinco minutos pedidos; … y muchas más cosas que prefiero no explicitar. En dos casos, cuando pedí permiso me dieron el no por respuesta y en todos los casos, sentí «que les estaba quitando su protagonismo» en su aula.

En fin, es lo que yo vengo diciendo desde hace mucho: los estudiantes saben lo que pasa en todas las aulas y con todos los profesores, pero los profesores tenemos muy poco -por no decir, ningún- acceso a las aulas de los colegas, y por tanto, no sabemos supuestamente más que lo que ocurre -o creemos que ocurre- en nuestra aula. Vivimos demasiado aislados.

Cuando empecé con esto de la docencia, que siempre fue mi ilusión y mi motivación, lo primero que hice o me aconsejaron hacer es ver un curso entero de mi maestro, en este caso, José Luis Sampedro, un gran maestro. Todo un curso fui a clase como uno más, aunque ya era profesor de clases prácticas en su cátedra. También lo hice, sin necesidad de tener que aprobar la asignatura, porque ya la tenía más que aprobada, con otros profesores que me enseñaron muchísimo, en ese estado en el que uno no tiene que hacer un examen y puede aprender tranquilamente, sin prisas, pero sin pausas, con el también malogrado Enrique Fuentes Quintana y con otros compañeros, cuando aprendíamos unos con otros. Recuerdo el caso de mi gran amigo y colega Paco Alburquerque y también recuerdo haber invitado a mi clase a más de un profesor o compartir aula con otro o varios profesores …. sobre todo en masters o doctorados. Es maravilloso sentir como fluye el conocimiento cuando no tienes que dar una respuesta a plazo fijo en forma de examen.

En fin, no me voy a extender más, pero lo que si tengo que decir es que no quiero aburrirme, tampoco quiero reirme a cada rato. Si puedo sonrío, que es lo que más hago, y sonrío porque aprendo, sonrío porque tengo proyectos continuamente renovados, sonrío porque doy a los demás lo que sé, y les ayudo o facilito su proceso de autoaprendizaje, sonrío porque uno es feliz cuando hace las cosas porque le gustan y lo pasa bien haciéndolas, lo cual viene casi a ser lo mismo.

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