Hace unos meses hice un repaso de las diferentes formas de innovación, y decía que la que había de aglutinar los horizontes de todas habría de ser la INNOVACIÓN SOCIAL.
La innovación social está basada en el individuo y el grupo-redes y ha de contemplar la innovación organizacional, a la que yo he dedicado una buena parte de mi trabajo de investigación; la innovación territorial-local, donde era preciso incidir para crear condiciones futuras de innovación social, porque ahí están las bases de la misma; y la innovación educativa, que seguía siendo una gran asignatura pendiente en nuestro país, pero también en los países más avanzados. Las formas educativas se habían quedado atrasadas en relación con las potencialidades tecnológicas y organizativas, y con las demandas sociales. Se precisaba de un gran salto adelante, no tanto que se expresase en el uso más eficiente de las tecnologías -que también-, sino y sobre todo, de la adecuación dinámica de las mismas y de las formas en las aulas, que ahora llamaremos espacios, espacios de aprendizaje, bien directos o indirectos-virtuales.
INNOVACIÓN SOCIAL = Integral (Inno Organizativa, Territorial-Local, Educativa)
A continuación reproduzco la entrada de hace unos meses. Me ha vuelto a la cabeza, leyendo en http://eadminblog.net/post/2008/03/17/de-que-trata-la-innovacion-social y sobre las iniciativas en Euskadi al respecto. Gracias, amigos.
Sólo aquella que contribuya a que los seres humanos se desarrollen, aprendan, vivan en las mejores condiciones, se responsabilicen y comprometan, se sientan parte del proceso, aquella que sirva para conocer mejor, para mejorar, para desarrollar, para vivir.
Si, sin duda, innovación es un término sin sentido, como otros muchos, sino lleva implícito el sentido de lo social, la visión holísitica y anticipadora, la búsqueda de rutas más cómodos y al tiempo más enriquecedoras personal y colectivamente, que sabe combinar trabajo, vida y satisfacción.
Este es el tipo de innovación en el que yo investigo, por el que yo trabajo, que enseño: una innovación grupal, una innovación social, una innovación colectiva, una innovación al servicio de todos, una innovación que tiene en cuenta a las personas y grupos y que nace a partir de sus necesidades, de sus comportamientos, de sus maneras de vivir; que se desarrolla contrastando continuamente con esas necesidades renovadas, y que se instrumenta a partir de un sistema de valores que confiere respeto, responsabilidad, límites y positividad a sus planes y acciones.
Una investigación no-lineal, compleja, ecológica, sostenible.
Por aquí seguiremos caminando …. hasta donde nos lleve la voluntad y el camino.
Toda innovación puede llegar a ser social en la medida en que se proyecta y diseña a partir de personas y grupos …. siendo estos el centro del proceso y del espacio innovador.
No es el objeto, lo social, lo que hace de la innovación, innovación social … sino básicamente los recursos con los que se cuenta y los énfasis que se utilizan al usarlos. Las personas y, sobre todo, los grupos, el grupo de trabajo, constituyen el punto de apalancamiento de este tipo de innovación. Ese énfasis es lo que normalmente se pierde cuando se habla de innovación, que suele tecnificarse, estando implícita su especialización tecnolõgica.