Las salas de espera son un sitio bastante odioso, donde uno mira por encima alguna revista del corazón que en la vida se atrevería ni a comprar a escondidas. Las salas de espera … son un rollo, pero pueden hacerte sentir bien … si te fijas en tus compañeros y en el ambiente.
Esta sala de espera era muy pequeña, aunque tenía un buen aire acondicionado, tal vez hasta demasiado potente. Estábamos casi como en lata. Cuando yo llegué, había tres personas esperando, dos de pié hablando con otras dos secretarias …. y un hombre muy fuerte en un puerta donde se leía que no se podía pasar sin autorización. Justo me senté en el único sitio que quedaba por ocupar. Era un asiento cómodo, de esos de plástico negro, pero cómodo. Estaba lejos de los documentos que normalmente suelen acompañar la espera …. y realmente los miré desde lejos y pensé que no valía la pena, molestar a mi compañero de asiento para que me diese uno de ellos.
Dos secretarias, ambas muy eficientes y trabajadoras, no pararon durante todo el tiempo de espera. Una de ellas era la que llevaba el cotarro; la otra le acompañaba y mostraba un poco más de alegría en su semblante. La principal no reía ni por casualidad. Una cara entristecida, como si estuviera en un entierro, pero amable.
Llegó un quinto visitante, más mayor que todos nosotros y se le veía «como en su casa». Le dijo a la secretaria que tenía que entregarle en mano al personaje visitable, lo que llevaba en la mano, que parecía una especie de sobre o notificación oficial o algo así. No me enteré muy bien, pero enseguida me dí cuenta de que entraría antes que los cuatro que estábamos esperando. Y así fué. Se disculpó diciéndonos que era «solo un minutinho». Uno de los que esperaban y yo … sonreímos. Pero había dejado algo importante para la espera añadida: como tenía una relación de amistad con los de la oficina en la que no se podía entrar, había conseguido un ejemplar de la prensa del día …. que fue desgajada entre los esperantes ….. para recordar o leer lo que había pasado en el día anterior. Fué de gran ayuda para la espera. En ese momento, pensé que podía tomar notas sobre lo que estaba viendo … y me puse a tomar notas …. muy jugosas sobre el tema … la verdad es que me distraje muchísimo …. y empecé a pasarlo bien …. cosa que nunca me había ocurrido, que recuerde, en una sala de espera, donde a uno suele entrarle la ansiedad y hasta la duda de si vale la pena quedarse o irse.
El del «minutinho», llevaba ya más de veinte minutos dentro, con el visitado, y se produjo un gran trasiego entre el despacho principal y la oficina auxiliar … para resolver, supongo, su problema. En eso llegaron dos mujeres más -la sala de espera ya empezaba a parecer el famoso camarote de los hermanos Marx-, una de ellas era muy conocida …. lo cual me hizo sospechar qu podía ocurrir como con el del minutiño, pero al final no fue asi. A las recien llegadas les saludaron casi todos los de la oficina ….. y las invitaron a un cafetiño y agua. Tengo que decir que también lo habían hecho con los cuatro esperantes iniciales. No hubo discriminaciõn, sino amabilidad. Hubo que habilitar dos sillas de plástico para que las dos mujeres se sentaran … y ya eramos seis fijos esperando. Llegó otra persona …. que sólo asomó la cabeza, hizo un comentario a la secretaria y desapareció …. le entendí que había mucha gente y que tardaría mucho si se quedaba. Luego llegó una señora que también parecía conocer a alguien de la casa …. en ese momento, entró el primero de los que esperábamos … con lo que se quedó libre el asiento de mi lado, y la señora nueva se sentó allí, pero por poco tiempo,inmediatamente de la oficina salió un oficinista que la introdujo y en pocos minutos se debió resolver su problema, porque l a mujer se marchó. En el trajín, siempre muy dinámico, yo conté hasta más de doce personas en un espacio que tal vez no tuviera más de cuatro metros cuadrados. Llegó otro hombre, este bastante arreglado y como mirando por encima del hombro. Se enteró del número de espera que tenía e inmediatamente se puso a hablar por el móvil con alguien conocido al que/a la que le decía que se iba a retrasar un poco … me pareció que hablaba con su amante, por la cara que puso cuando se despidió …. pobre amante, pensé …. tener que esperar a que toda esta cola se resuelva.
Fue una espera muy interesante …… nunca había vivido una espera tan interesante …. muy dinámica …. esperando bastante -me recibieron hora y media mas tarde de la hora de la cita-, pero había muchas cosas en que fijarse y acordarse … a mi me enseño mucho … seguro que otro día comento alguno de los muchos aspectos que me gustaron.
Odio las esperas, pero esta tuvo su «no sé qué». Tal vez era yo ……
Y también … dos huevos duros
Wait & see, dicen los británicos …. esperar y ver … es una buena estrategia. Las cosas maduran sin necesidad de que nosotros las meneemos demasiado, y más en una sala de espera … te tocará cuando te toque … y a veces, un poco más tarde … siempre hay algún listillo que «se cuela».
Debo decirte que soy una persona impaciente e hiperactiva, ante una espera como la tuya creo que habrìa enloquecido hasta perder definitivamente toda compostura y le habrìa dicho a las secretarias que no era justo, pero en fin esa es otra historia….sabes, por acà en Mèxico ante situaciones similares màs de una persona habrìa gritado nuestro clàsico «¡a la cola, a la cola!», ahhhh mi Mèxico….siempre tan intolerante, jejeje!
Sí,las salas de espera suelen ser un sitio bastante odioso…En primer lugar, suele haber revistas del corazón; las detesto, en ellas salen gente `pija´ presumiendo de que nunca han leído un libro…
La persona que nos recibe, en este caso, suele estar con semblante apático, como si se viera forzada a hacernos algún favor…
Para colmo, siempre hay algún listillo enchufado-carota que pretende colarse…
y para rematar, estamos allí metidos, en medio de cuatro paredes, rodeados de gente desconocida, esperando que nos atiendan a la hora citada pero, como siempre, nos hacen esperar más de la cuenta; en este caso, una hora y media, ni más ni menos, increíble!…
¡Cómo no van a ser odiosas!; todos nos hemos visto así en alguna ocasión…Paradójicamente, yo me encuentro todos los días en el sitio opuesto, ja ja…, por todo ésto, intento que la espera sea lo más corta posible y agradable.
No me gusta hacer esperar a nadie, es robarle el tiempo a una persona; y eso me parece detestable: El tiempo perdido nunca se recupera…
El mayor regalo para una persona, es recibirla con una sonrisa, reflejando alegría en el semblante de que esa persona acuda a nosotros…Pronto, las sonrisas serán recíprocas; habrá una conexión, un feeling, un acercamiento, una empatía…, y todos nos sentiremos a gusto.
Es hora de hacer algún comentario amable y afectuoso sin caer en la pedantería-pelotera…, Le indicamos que, por favor, espere tan sólo unos minutos y le ofrecemos revistas de todas clases: Quo, muy interesante, mia y también, como no, del corazón, por esto de que aquellas personas que no puedan leer sin gafas, al menos puedan ver òs santos´; de todas formas, tampoco es necesario ver una revista para pasar el rato; en una buena sala de espera suele haber un hilo musical tan relajante que, con tan solo oirlo, nos transporta…, además, podrán ver imágenes preciosas en el ordenador,salteando unas tras otras, como si de algo mágico se tratase…
La música y las imágene atractivas son importantes, pero no mucho menos el gusto y el olfato: El ambiente debe oler a fragancias celestiales, y habrá caramelos deliciosos o bombones a degustar…
LA GENEROSIDAD NO NECESITA SALARIO, SE PAGA POR SI MISMA.
Muy de acuerdo con tu comentario. Tampoco era mi intención meterme con las esperas … sino comprenderlas y observarlas …. diciendo lo que es … la gente va cambiando hacia lo que tu dices …. o va reforzando esas actitudes aque hacen que nuestra vida sea mas agradable.
bueno, yo soy extranjero en Brasil … y no es fãcil protestar siendo de fuera … en ningún sitio …. en tu país siempre puedes protestar con más fuerza. También los españoles somos más intolerantes de lo que sería conveniente.
Lo cierto es que Zully Moreno escribió un comentario …. pero por equivocación lo borré y ella hablaba de su México querido …donde decía no hubieran aguantado la espera. Perdõn Zully por el error.
vaya, dos errores en un mismo post … de comentarios … resulta que si, el comentario de Zully está ah~i, un poco más arriba. Lo siento otra vez.
No, si me ha encantado este tema; es algo muy importante, es la antesala, el preámbulo de lo que a veces nos espera; ya sé que no era tu inención meterte con las esperas, sino sacarles el máximo jugo, gracias por todo.