No empezar por arriba, sino por donde se sienta la necesidad. Es difícil transformar una dinámica institucional si no siente la necesidad de hacerlo. Es preciso trabajar desde la necesidad, y normalmente, la necesidad “la impone”, “la obliga”, el cliente y los que están más cerca de los clientes están más dispuestos a buscar nuevas fórmulas para manejar mejor la situación que soportan. Si no se siente la necesidad, todo se convierte en un “juego de salón”, y las intervenciones son infructuosas y hasta inconvenientes, y suelen conseguir pocos resultados.
Supongamos, como me ha pasado a mí, que el director general está muy concienciado, y quiere conseguir que los otros sigan el camino de la innovación, y no se dan condiciones en la empresa, condiciones de competencia, o no han llegado más que teóricamente -desde los libros o desde la moda de algún gurú americano- a las alturas de la organización, las cosas serán muy difíciles y avanzarán poco. Este es un caso en que es preciso que sea el mismo directivo el que dé ejemplo, y se ponga al frente de un programa que tome la iniciativa, y conduzca al grupo a la necesidad que no sentía -aún así los resultados no serán probablemente mucho más que mediocres-.
La dirección ha de cuidar las condiciones para que la intervención sea posible, siempre que exista un clima adecuado. Mi estrategia suele centrarse en niveles intermedios hacia el cliente, y cuidar un programa de redes horizontales, de tipo profesional, para la alta dirección, que les introduzca en los métodos de trabajo basados en el intercambio de experiencias. Aunque casi resulta una tontería ofrecer una ruta, porque cada caso requiere ubicarse en el lugar más adecuado, y las opciones son tantas que no es posible trabajarlas de forma teórica y en unas páginas y superficialmente.
Empezar por arriba es forzar las cosas, es querer finalmente imponer una idea o una posición o un prejuicio. Y tiene tan poco efecto a medio plazo …. porque lo que no se siente como necesario no prospera.
El punto de partida de cualquier emprendimiento es la necesidad, y la necesidad está ligada a la escasez ….
La forma de aproximarse a la necesidad es que esté en los que la sienten, que se pueda manifestar o que nosotros podamos «extraerla», interpretarla, convertirla en oportunidad.
El análisis, y si es compartido o en grupo mejor, es imprescindible como punto de partida para conocer lo que se necesita y en qué grados y niveles.
El análisis nos mostrará aquello que buscamos, dónde incidir, dónde esperar, dónde conservar, dónde movilizar …….
Y el grupo, siempre el grupo, por encima de nuestra cultural individualidad.
El grupo expresa sin duda mejor la necesidad que el individuo aislado.
El grupo que no la masa.
Roberto, conoces a Alejandro Piscitelli? Me lo han recomendado. Una amiga que está metida en temas de innovación fue a una charla suya en Barcelona hace un par de días y me dijo que fue increible.
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