“Desde mi punto de vista, la solución, en principio del problema, resultaría con una mayor inversión el I+D, lo cual supone una inversión en conocimiento, lo cual es el motor de la economía de la actualidad”
Es una cita sacada de una de las múltiples aportaciones de mis alumnos en sus blogs, y que he ubicado en el blog grupal y general de sistema económico mundial, que agrupa las aportaciones más significativas de todos ellos.
Inversión en Conocimiento, eso, inversión en conocimiento. Aunque no se trata de inversión en I+D+i exclusivamente, sino inversión en espacios de intercomunicación, inversión en libertad de intercambios, inversión en otras formas educativas, no en las tradicionales, inversión en emprendizaje, sobre todo, social -no para ganar dinero inmediatamente-, inversión en nuevas formas de empleo que generen o mantengan o desarrollen conocimiento, inversión en soportes que lo faciliten -más banda ancha, más disponible, en formatos de mayor calidad y más avanzados-, inversión en moralidad pública, inversión en fomentar el gusto por trabajar y buscar y aprender, …..
La mayoría de estas inversiones no necesitan ni financiación, o son de financiación baja. No es cuestión de dinero, porque es poco comparado con el que se gasta en otras muchas cosas inútiles; sino cuestión de actitud, cuestión de saber pensar en los demás, cuestión de querer compartir, cuestión de saber respetar, cuestión de atreverse y equivocarse, ….. son, por tanto, cuestiones básicamente culturales, donde es preciso renovar nuestros comportamientos. Los jóvenes lo quieren, pero no se lo damos. Esa es la cuestión. Puede ser que tardáramos una generación en incorporarlo en nuestro bagaje cultural, pero no sería difícil, pero lo primero, es que nuestros líderes sean coherentes con ese planteamiento, que el liderazgo en la familia, en la escuela, en las instituciones, en los mass media, en la política, se muestre coherente con ese querer cultural. Nos quejamos de nuestros jóvenes, y no miramos lo mal que lo hacemos los que tendríamos que dar ejemplo.
Digo lo contrario: los jóvenes son extraordinarios, sólo necesitan coherencia y autonomía; sin ejemplo y con pasividad no vamos a ninguna parte. Ellos son el futuro, ellos son el Conocimiento, seamos capaces de, haciendo las cosas para nosotros mismos y para sentirnos mejor, ayudarlos y darles ejemplo, un buen ejemplo que sea coherente con lo que ellos -como nosotros en su momento, hemos querido- quieren. Sólo se necesita confianza y correspondencia. Ellos son el conocimiento, hagamos lo preciso para que nosotros empecemos a aprender lo que es una sociedad de conocimiento.
Y por cierto, las neuronas espejo las tienen muy nuevecitas ….. funcionan en cuanto hay un ejemplo que imitar. Pero si el ejemplo es que perdemos los papeles, o el ejemplo es plenamente contradictorio, si decimos juan y es pedro, si criticamos antes de conocer, si destruimos más que construimos, …… estan claros los resultados, nos imitarán para hacer lo mismo con nosotros que nosotros hacemos con otros.
Invertir en personas, grupos y espacios de innovación es diferente que invertir en innovación a secas ….. muy diferente. Todo proceso innovador se desarrolla a través de personas y grupos, y los espacios de innovación es preciso construirlos. Si los dejamos construirse abiertamente, sin método, será difícil que lleguen a algo. Estos espacios necesitan aprender métodos, sobre todo, de intercomunicación, de interrelación, de comunicación, de intercambio ….. y lo necesitan más urgentemente de lo que creen probablemente sus partícipes. Este trabajo de fondo es lo que normalmente no se hace, y queda en función de la aleatoriedad de los agentes participantes, de su energía, y de las múltiples fuerzas que se desencadenan, pero eso no significa necesariamente que las cosas funcionen.
No necesariamente los mejores individualmente considerados, producen un espacio de innovación más potente. A veces, unos de mucha menos calidad, pero bien organizados y sabiendo lo que quieren, consiguen mayores cotas. Todo depende del método, de su calidad de comunicación, del apoyo mutuo que sienten, de lo bien respaldados que se encuentren. Y el respaldo no tiene porque ser de una gran humanidad, puede ser de una familia integrada o de un grupo de amigos en quién se cree. En cualquier caso, pocos de los grupos o individuos que se atreven, llegan; sin embargo, unos cuantos, bien preparados, conocidos entre sí, confiando en el otro, teniendo horizontes hacia los que desarrollarse …. etc. no sólo son más eficaces en la mayoría de los casos, sino que ellos se sienten mucho más satisfechos y las relaciones entre sí se hacen más y más cordiales y complementarias.
Sólo tenemos que ver lo que pasó entre todo un Real Madrid y el Alcorcón para darnos cuenta de lo que puede diferenciar muchas individualidades, de una buena complementación entre el grupo.
¿Para qué queremos tantas individualidades, si a la hora de cooperar, no saben más allá de los «supuestos básicos» de Bion?
Super-men, líderes salvadores, autocomplacientes, dependientes de la autoridad, complacientes consigo mismos, mirando siempre para arriba, al superior, emparejándose con el primero que encuentran, ….. sin un proyecto de vida, sin pensar en el otro, sin saber que lo importante es dar para alguna vez poder recibir, sin respetar a los demás, …… sin reconocer su pequeñez, …. sin trabajar por un futuro mejor para todos.
Competencia y no competentes, supuesta eficacia y no compartir con otros, lucha y oportunismo en lugar de cooperación, ….. el panorama social dominante es desolador, y sólo las declaraciones expresadas parecen solidarias, pero sólo en las palabras, luego la práctica es otra cosa. Pues bien, sin llegar a la cooperación, la sociedad no tiene sentido ….. nada más que para los insolidarios.
El conocimiento exige esfuerzo y continuidad, aproximaciones sucesivas, prueba y error, competencia -desarrollo de las propias competencias-, intercambio, contrastación en los otros, proyectos, intentos, emprendimientos sociales, …… El conocimiento exige responsabilidad y no interés. El interés para regir los mercados de dinero. La responsabilidad social es pensar en el otro, es pensar en lo que podemos aportar, es pensar en lo que es más necesario y abordarlo, es intentarlo una y otra vez, y es también pensar que nunca hemos llegado, pero que estamos intentándolo con un buen horizonte.
Invertir en conocimiento es aprender a asociar ideas, e ideas y hechos, y los hechos entre sí, y las relaciones también entre ellas. Invertir en conocimiento empieza por el conocimiento más inmediato, lo que llamamos conocimiento mutuo, conocerse a sí mismo, y conocer a los que trabajan contigo, iniciar un principio de colaboración.
Y no se conoce uno por la superficialidad de como nos llamamos o donde vivimos o que puesto ocupamos, sino por la práctica de una tarea conjunta. La tarea es un inicio hacia el conocimiento.
Nos falta mucha inversión en conocimiento. Sin embargo, es proporcionalmente una inversión muy pequeña, no más allá de un 2% del coste total de la inversión en I+D+i. Viene a ser como la variable aleatoria en econometría, pequeña …. pero no despreciable, sino más bien lo contrario: pequeña y estratégica.
¿Por qué las empresas, la mayoría de ellas, no tienen proyectos de innovación?
¿Por qué las administraciones sean centrales o autonómicas o hasta locales no tienen en general proyectos de innovación?
¿Cómo es posible que no se planteen proyectos de innovación? ¿No saben que la innovación organizativa podría aumentar los beneficios de las inversiones en muchos enteros? y ¿reducir los costes en otros tantos? Tal vez no lo sepan. Pero todo eso, lo saben casi todos en la organización, menos los que tienen que decidir la pequeñísima inversión necesaria para que todos vayan en la misma dirección innovadora.
¿Se dan cuenta de que se repiten una y otra vez los mismos errores, producidos básicamente por la falta de consciencia de cómo se están haciendo las cosas, y no saber preguntar a aquellos que soportan ese malestar de hacer las cosas relativamente mal todos los días?
La formación sólo sirve por cuestiones de especialización o técnicas. El desarrollo de espacios innovadores es algo m uy diferente a la formación. Cuando vuelvo a intentar que me entiendan, siempre acaban queriéndome enviar al departamento de formación. No es formación lo que se necesita -que también-, sino método para el desarrollo, método para la cooperación, método para la generación de espacios de innovación en red …….. Es otra cosa.
Es cierto que todo esto también se puede aplicar a la formación, especialmente para cambiar los formatos y los métodos pedagógicos anticuados que siguen utilizándose en las aulas. Claro, la innovación educativa a la que yo me dedico también significa eso. Pero desarrollar espacios de innovación no es formar, aunque el resultado sea formar, o más bien, desarrollar personas y grupos y redes.
Mis trabajos se pueden aplicar con éxito para transformar la manera de enseñar, y hasta para complementar la forma tradicional de enseñar, con unos añadidos que permiten dar practicidad y proyecto a todo lo aprendido, pero ese no es el destino razonable de este conocimiento metodológico. Suena a poco. Mi método aspira a desarrollar espacios de intercambio, a mejorar los grados de cooperación entre personas, a demostrar que desde ahí es posible cualquier cosa que nos propongamos.
Escribiré otro libro y no servirá igualmente de nada, porque en el fondo, el libro es para ser leído, y no será entendido si no es vivido. Lo que yo hago es para vivirlo, no para leerlo, aunque leerlo puede servir para que alguna idea se difunda entre los lectores. Pero no se trata de crear conciencia social, sino de transformar la realidad y la conciencia social y sus concepciones del mundo. De una visión individualista y egoista a una visión que sin olvidar al individuo, se adentra en el grupo y en el intercambio en red. Sin duda, es peligroso para los que tienen el poder actualmente. ¿Será por eso que «no quieren comprenderlo»? Me parece que casi nunca es así. No lo entienden porque ellos son los que han aceptado una manera de hacer las cosas qeu les conviene porque están adaptados a ella, y han llegado y aún aspiran a llegar a más, siguiendo la misma ruta. Una innovación social del tipo de la que propongo inicia un camino adecuado para aquellos que todavía no están oprimidos, alienados por lo de siempre, y aspiran a cambiar algo de lo que pasa. Tampoco se trata de cambiar todo, sólo algunos aspectos básicos.
Cuando escribí «Innovación y Gestión del Conocimiento», pensé que lo mejor es que fuera el último de mis libros. Sin embargo, un año después estaba trabajando en otro, que ahora ha salido: «Manifiestos para la innovación educativa». Es una pena que por no poder poner en marcha lo que hemos aprendido en estos años, tenga que seguir escribiendo libros que luego se leen tan poco, es una pena, porque encontraría mucha más satisfacción en estar ayudando a otros, a formarlos y desarrollarlos y a generar espacios de innovación con ellos. Como siempre ocurre con las personas innovadoras, tal vez me reconocerán después de muerto, pero ya todo estará muerto, porque lo vivo es lo que hago, no lo que escribo. Siempre pensé que el libro es como un punto terminal, una muerte de algún tipo. Lo bonito es participar en experiencias y luego contarlas organizadamente …. ese proceso también es gratificante, pero lo importante es vivir. El libro puede decir muchas cosas ciertas, pero para el autor ya no es ….. más que un libro.
Cuando vives experiencias …. es extraordinario, estás vivo. Cuando con ellas construyes conocimiento y teoría y te atreves a escribir un libro, tienes todavía esperanzas y horizontes lejanos a los que llegar …. cuando lo ves escrito te satisface …. pero cuando ves que no pasa nada …. te deprimes …. y te preguntas, ¿para qué he hecho todo este esfuerzo?
Y cómo se aprende el método? Cómo se entra en el mundo de la innovación organizativa?
La forma más avanzada de mi método, al menos en un formato sistematizado, está en los capítulos segundo y tercero de mi libro «Innovación y Gestión del Conocimiento» (Díaz de Santos, 2006), aunque es evidente que muchos detalles están contenidos en otros muchos trabajos.
De todas formas, en este mismo blog he aportado varias entradas relacionadas con el método para innovar, y puedes consultarla.
Si te refieres a cómo se aprende. Es evidente que no se aprende sólo en los libros, se precisa de un trabajo específico en la práctica y una formación en grupos de trabajo también específica. Trabajar con un desarrollador es lo más apropiado para acercarse a una metodología para innovar.
Precisamente tengo tu libro, que me lo prestaste hace unas semanas aqui en la biblio, con la intención de empezármelo a leer hoy,:-).
La persona que ha sido directora de la conferencia en la que he trabajado es una consultora free lance de organizaciones, trabaja con la innovación y hace una semana le dije: «volvería a Barcelona sólo para aprender de tí». Creo que es una buena desarrolladora para ser su aprendiz!
Mariza,se considerarmos que a pageassm do feudalismo/monarquia para o capitalismo/repfablica foi algo que significou mais liberdade humana, com todas as injustie7as inclusas, podemos imaginar que vamos sair do capitalismo/repfablica para algo que trare1 + eficieancia, o que seria isso? He1 que se pensar, se isso e9 um avane7o, ne3o sei, mas precisamos de algo que consiga se ajustar melhor aos 7 bilhf5es de habitantes. Valeu visita.