«El subdesarrollo social de España. Causas y Consecuencias» es un libro de Vicenç Navarro que me he encontrado acompañando a «Público» hace una semana. En mis tardes de lectura, llevo dos con él, me ha absorbido e interesado profundamente. He leído ya más de la mitad, y los argumentos están muy claros y bien expuestos. Nuestro país está, en términos europeos, comparaciones que hace con la Europa de los quince, subdesarrollado socialmente, en gasto social y en servicios públicos, o lo que sería igual, su supuesto «estado de bienestar» es raquítico y en gran medida, disfuncional. Esa realidad viene derivada por la falta de poder-presencia política de las clases trabajadoras en relación con las clases dirigentes que, yo añadiría, siempre han sido profundamente cutres, con poca visión a largo plazo, y justificadas por una ideología religiosa en la que se amparan. Los datos que ofrece Vicenç Navarro son escalofriantes y concluyentes, si se miran con un poco de interés. El poder de las clases privilegiadas y sobre todo, su capacidad para hacer suyo un discurso autolimitativo y autojustificativo, y en general, añadiría yo, de bajísima calidad intelectual, imposibilita el desarrollo social y hace, entre otras cosas, que la calidad de los servicios sociales sea tan baja, tanto en sanidad, como en educación, como en protección social, y que los intentos de mejorar hayan sido muy contrarrestados por nuevas reducciones en dicho campo a base de acentuar la privatización o primar a la iniciativa privada y religiosa respecto a la pública. Esto nos lleva a una sociedad muy desarticulada en términos modernos, y poco comparable a otras sociedades europeas más avanzadas. Y es más, el desfase no es de hoy, sino histórico, y acentuado en la época de la dictudura, con intentos de recuperación durante la primera transición democrática, rota a partir de mediados de los noventa con una reducción relativa cada vez más significativa.
El libro me recuerda un artículo que escribí en 1976 sobre la distribución de la renta en España denominado «Salarios», y en el que se llegaba a la conclusión de que con los datos de que disponíamos, la distribución existente en 1954 era mejor -sí, he dicho bien- que la que se derivaba de los datos referentes a 1974. Me dirán Uds. que parece increíble. Pero también parece increíble el subdesarrollo social y humano que corrobora Navarro en su libro. Y lo que es más curioso y reprochable: ¡qué poco se habla de todo esto en los medios de comunicación! ¡qué poco interés tiene para todos!.
«Las clases dominantes han tenido un enorme poder y la práctica desaparición del análisis y el discurso de clases sociales es síntoma de ello. Tal análisis, sin embargo, es esencial para entender realidades como el bajo gasto público social y el escaso desarrolo de la España actual.
Pero para entender(lo) hay que entender también ….. el poder de género. Así, el escasísimo desarrollo de los servicios de ayuda a las familiars (que incluyen escuelas de infancia, servicios domiciliarios para las personas con discapacidades y residencias de ancianos, entre otros) se explica por ese escaso poder ….. » (pág. 23-24)
El «déficit social», según Navarro, se puede estimar cuantitativamente en ese 73,2% de gasto público en protección social de la media de la europa de los quince: 4.072 unidades de poder de compra frente a la media de 6.472 upc en europa.
Estos dos comentarios ayudan de aperitivo para la lectura del libro.