El creciente lunar, uno de estos días luna llena, creo, nos acelera o mejor, me acelera. No puedo parar, y a mi alrededor parece que ninguno tampoco quiere parar. Un desenfreno que conduce al insomnio, que es lo que sufro hoy y llevo algunos días padeciendo con cierta irregularidad. ¿Exceso de energía? Tal vez.
Estamos en la luna previa a la luna de septiembre, la de las grandes mareas, en la luna del equinocio, y no he mirado, pero me temo que en las zonas marítimas debe haber tormenta. Todavía no estamos en la luna de las grandes mareas que nos «marean». En realidad, no son las mareas, pero si son las mareas, que a su vez son inducidas por la gravitación de la luna.
Y nosotros somos creo un 70% de agua, más o menos como es la tierra, como si nos reprodujésemos (¡qué curioso!), y supongo que también tendremos mareas internas, ¿o no?. Llevo mucho tiempo trabajando con esa hipótesis. La verdad es que nunca me he puesto a conocer bien y directamente lo que ya se sabe, que será muchísimo más sobre este tema.
Sin duda, la luna llena es día de “hombres lobo”, de “sacamantecas” y de “misters hyde”, más tensión, más agresión, más desequilibrio, como si nuestros rios internos se desbordasen. Un mero hecho físico, que tendrá su correspondencia en comportamientos. Seguro que los partidarios del Chi-Kung tienen otra explicación basándose en sus meridianos y la energía que les recorre. Reconocerán conmigo que la luna llena resulta inquietante. Esa fuerza en su nacer, ese ennublamiento a un tercio de elíptica, esa luna que nos hace azules cuando llega al zenit. ¿No lo han notado? ¿Tendré algo de hombre lobo?/p>
Lo cierto es que cuando estoy en mi mar, es decir, en el océano atlántico y la luna crece, uno o dos días antes empieza a notarse que el equilibrio se va a romper, y se empieza a tocar a rebato y los barcos “de arribada”. Me gusta esta palabra, que supongo que viene del francés o tal vez directamente del latín, como muchas utilizadas en el mundo del mar: arribada, venir de arribada, siempre lo oía cuando daban el parte de noticias por la radio en mi Coruña natal. Y tantos otros términos marítimos como “ir en lastre” o llevar “carga general”. Vivir en medio del mar hasta cambia el lenguaje, lo saben todos los que han tenido que estudiar el título de patrón de yate: es como si hablases otro idioma. También la luna es otro idioma, y a veces incomprensible. Pienso y no me explico como ese misterio y esa tenebrosidad puede inspirar a poetas, más bien da un poco de “canguis”, ¿o no?.
Es indudable que tengo insomnio.
Esto lo contaba hace dos años, en septiembre de 2007. He querido recuperarlo, para no volver a escribir sobre lo mismo.
Sarah Brightman, una polifacética artista: Son of the moon. En inglés original la letra es:
Fool who doesn`t understand
A fegend tells that a gipsy female
Conjured the moon until dawn
Crying she asked to marry
A gipsy man the next day
«You brown skin»
From the sky spoke the full moon
«In return i want the first child
That you have with him
Because who sacrifices children
For a man is not
Going to love them much.
Chorus
Moon you want to be mother
and you can`t find a love
Who makes you a woman
Tell the,moon of silver
what you intend to do
With a child of skin
Son of the moon
From a cinnamon skinned father
A son was born white
As the back of a «armino»
With gray eyes instead of olive,
Moon`s albino son
«Damn this silhoutte!
This is a non-gipsy man`s son
And you won`t get away with this»
Chorus
When the gipsy feels dishonoured
Went towards her woman
Holding a knife
«Whose is this son?
I am sure you have cheated me!»
He hurt her to dead
Then he went to the river
With the child in his arms
And left him go into a boat
Chorus
And the nights the moon is full
Is because the child is happy
And if the child cries
The moon will diminish
For making a cot.
Lo que influye la luna, hoy,cuando hago este comentario, luna llena, cuarto día. Me he despertado a las tres de la madrugada por la luz azul de la luna.