«Cuando bebas agua, recuerda la fuente» Proverbio chino
No es una cuestión formal, no es una cuestión de gran utilidad, tampoco es solo una cuestión de estilos y formas culturales, es más, es el principio de una persona sólida y una sociedad sólida. Pero dejo a mis lectores, los otros muchos comentarios que suscita este proverbio chino.
Si en algo enfatizo en mis clases, es que mis alumnos aprendan la importancia de declarar sus fuentes, de hacerlas explícitas, y no mezclar lo que ellos dicen con lo que otros dicen, sin saber su procedencia. Es un proceso de saneamiento de nuestra mente. Es cierto que casi todo se ha dicho, y no podemos descubrir el origen de cada cosa, pero es muy importante distinguir aquello que hay de significativo en la aportación de cada fuente, de cada autor, porque eso nos ayuda luego a ubicarlo, a conocerlo, y a valorarlo.
Y eso no tiene que producir erudición, sino respeto. La erudición nos llevaría a un exceso de perfeccionismo, que probablemente nos evitara un aprendizaje amplio y estructural, porque a cada segundo tendríamos que pararnos para comprobar, para mirar, para testar, para buscar. Tenemos que ser nosotros mismos, escribir como si estuviéramos casi solos en el mundo, y una vez que se ha hecho el borrador, redescubrir en el mismo, las fuentes más evidentes, y modificar el borrador para hacerlas explícitas.
Lo obsesivo pienso que está en contradicción con el conocimiento y su expresión explícita, aunque sin duda sea necesario que algunas personas sean eruditos y aseguren puntualmente las fuentes.
Pero como ocurre con todo, la enseñanza no es para que uno sea como es el profesor, o sus manías, sino para que pueda ser él mismo, y profundizar en sus posibilidades y sus querencias.
Se me ocurre una cosa más. Cuando se cita a alguien, hay que hacerlo con cariño, porque es parte de uno mismo, algo que nos ha ayudado en un momento determinado, alguien que sin pensar en nosotros, ha estado con nosotros. De alguna forma, convertir la cita en una cita de amor.
Eso, disfrutar citando y disfrutar con la memoria y nuestras neuronas que han sabido enlazar lo que escribíamos con esa fuente y con otras. ¿No es algo extraordinario?