He abierto un blog para decir lo que quiera, y enfadarme todo lo que quiera, desahogarme de la presión del entorno y «curarme», porque sinceramente me enferman. Me enferma, cada vez más, el sistema, y es claro que el psicoanalista de turno siempre puede decir que estoy neurótico, y claro que lo estoy, si no lo estuviera, no estaría bien. Es que un neurótico se define por su desajuste con lo que ocurre, es decir, su fuerte disconformidad, a veces plasmada en enfermedad. Bueno, a mi ya no consiguen enfermarme, porque comprendo sus mecanismos, pero entiendo que la gran mayoría de la población ande muy neura, muy neura, muy neura.
Bueno, pues como aquí no lo hago suficientemente, porque hay que mantener ciertas formas, no se puede rebasar excesivamente lo «políticamente correcto», aunque yo sé que me paso más de una vez, pues me he abierto un blog para pensar y decir las cosas en voz alta. No voy a proclamar la dirección. Si alguien tiene interés en saberla, puede contactarme y yo se la daré con gusto, pero no voy a facilitar mis «cousas y críticas» a quién no quiere o no sabe o no le interesa leerlas más que para denunciar, perseguir o controlar. Esto es sólo para lectores auténticos, los que les gusta aprender, los que les gusta compartir, los que les gusta amar, los que quieren vivir con otros, los que aman la verdad, y los que todavía piensan que el hombre tiene solución. Lo dicho.
Lo cierto es que puedo desahogarme aquí normalmente, pero busco tal vez más libertad interior para mostrar lo que veo. Y lo que veo no me gusta mucho. Me gustaría que me gustara más, que pudiésemos ser más personas, pero me temo que a pesar de que sabemos más, nos pasa como decía mi abuela, cuando era adolescente y ya en la universidad y me salía espontáneamente un taco: «eso es lo que os enseñan en la universidad?». Pues eso, sabemos más, pero tal vez nos han enseñado peor, y de ahí el revuelto que veo en mi entorno. A pesar de eso, os quiero.