Un directivo ha de mirarse a sí mismo, ha de conocerse a sí mismo, y saber contemplar e interpretar sus debilidades, sus potencialidades, sus posibilidades y sus oportunidades, y en función de esto actuar, desarrollando el máximo sus competencias, y eso en los límites de la empresa y del estilo directivo en que se mueva (La autocrítica es imprescindible: saber lo que hago bien y lo que hago mal. Pero la autocrítica no debe impedir que nos movamos, por exceso de perfeccionismo; ni tampoco debe desaparecer y ser sustituida por la complacencia. La autocrítica es un principio de superación, siempre que no se llegue a posiciones destructivas.).
Es triste que muchos buenos potenciales directivos tengan que hacer tareas de sirvientes y subordinados y así hagan dinero, pero no avancen en su profesión. Y que conste que esto es lo que es eficiente para producir mejor, porque como se puede demostrar sólo las empresas monopolistas son capaces de funcionar tan ineficazmente que no altere su cuenta de resultados el hecho de que sus directivos no sean profesionales y tan sólo aficionados del poder y de la adhesión al poder.
Innovación (Aldebaran Innovation)
Llevo tiempo detrás de un modelo o ruta crítica para formar directivos innovadores. El diseño del curso del EGAP para altos directivos está siendo un éxito. Es el último y más perfeccionado de otros muchos que he emprendido a lo largo de los últimos veinte años. Es más perfecto porque siendo más complejo, es más eficiente y más eficaz como proceso de aprendizaje-acción-aplicación. Combina y da pié a la complejidad en un entorno también complejo, y con la dificultad añadida de que esta vez el alumno es funcionario, un alto funcionario. Pero les aseguro, fluye.
El curso fluye, y la gente participa y se siente partícipe de un proyecto, hasta de un gran proyecto de transformación de su propia realidad y de su entorno. Es motivador por eso, porque la participación contribuye a que el proyecto que se construye no es algo hecho, sino algo por hacer, algo donde al tiempo que se aprende, se hace y se transforma. Ese es el sentido.
Por eso también es innovador, y sobre todo, lo es porque construye sucesivas aproximaciones que permiten vislumbrar a) que se avanza, y b) que hay futuro. Por supuesto, eso no sería posible sin la correspondencia entre formas y contenidos, y sin que estos contenidos sean coherentes con el discurso principal. Si hablásemos solo de herramientas o habilidades directivas, el curso solo sería un buen o mal curso según sus profesores. Pero no, los participantes se dan cuenta de que es un proyecto, y en ese proyecto se cuenta con ellos, como no, si son los protagonistas principales. Otro día hablaré más sobre este tema que ahora estoy empezando a trabajar para implementar en proyectos internacionales, a partir de convenios con otros países, universidades y organizaciones.