Maestros de la vida y maestros de la innovación.

¡Confucio y su gobernación práctica!, ¡qué gran desconocido en nuestras latitudes!. Si lo leen un poco se darán cuenta de la inteligencia práctica y el horizonte estratégico en que se mueve, y quizás lamentarán ser «tan maquiavélicos», ¿por qué en Ciencias Políticas prácticamente ni lo citan? Es sorprendente. Dicen que la competencia de los chinos tiene que ver con su estilo confuciano: emprendedor, responsable, práctico, al servicio de los otros.

Sócrates y sus ¿perversas? preguntas, chorros continuos de nueva luz y conocimiento y su «sólo sé que no sé nada», básico no sólo para empezar, sino para seguir y para terminar, siempre creemos saber más de lo que sabemos, una buena dosis de humildad y hasta de subvaloración no viene mal para pasar de la teoría -de lo que podría ser- a la realidad -a lo que es-. Tampoco viene mal repasar los fundamentos de la mayéutica, y si puede ser aplicarlas en vida y obra. Además, dicen que encontrar la pregunta oportuna es el principio de un nuevo ciclo de innovación.

Epicuro reencontrado en su profundidad filosófica y hedonista, otro de los olvidados, sólo mal recordado, como ocurre con Darwin o muchos otros, mal recordado por la identificación inmediata con un placer súbito, una especie de carpe diem, que para encontrarlo en sus escritos, habría que reinterpretar tanto, que no vale la pena. El hedonismo aporta los valores del presente, del aquí y ahora, de la felicidad como algo difícil de conseguir, pero que hay que perseguir, de los valores que la encarnan y de la complejidad de la vida.

Wilfred Bion, otro gran desconocido en nuestro país, que nos enseñó los «supuestos básicos» grupales y, quizás, vitales, es decir, lo que podríamos llamar las patologías crónicas de grupos y organizaciones, y también en parte de personas. Adoro la herencia de la Tavistock porque ha sabido desarrollar y profundizar sobre su «grupo de trabajo».

John Stuart Mill que «clamaba» por su propia libertad, eso es lo que yo intuyo, dada la presión paterna que vivió desde pequeño, que indudablemente también le llevó a ser lo que fue. Nos ha enseñado tanto en On Liberty, y también en su autobiografía.

Mallada -otro desconocido-, Lucas, que nos pone donde estábamos y en parte donde seguimos estando. ¿Alguién ha leído «Los males de la patria» y los ha «trasladado» a nuestra realidad actual? Su regeneracionismo le lleva a buscar en nuestras raíces «nuestros males», como formas culturales dominantes y que indignándonos puede permitir una plataforma de superación.

Rof Carballo que sintetiza lo psicosomático y aporta su «urdimbre», ¡qué concepto más complejo, y profundo!. Rof nos ha enseñado que los síntomas no son la causa de las cosas, ni tampoco las primeras explicaciones, sino que hay que rebuscar en la psique organizacional, leerla, para poder comprender el big bang de su cultura, y sus múltiples expresiones en patologías, que parecen el problema, pero sólo son manifestaciones del mismo.

Ernesto Sábato que asevera que es el otro el que siempre nos salva, y a sus muchos años «resiste», resiste y critica, y da ejemplo de pasión por la vida en el intento de «salir de El Tunel».

Fritjof Capra aporta la complejidad, la intersección no mimética entre el desarrollo científico y la realidad social.

Hay muchos más maestros en la mente de cada persona. En la mía está casi sobre todos Carlos Marx, me ha enseñado metodología, me ha enseñado epistemología, me ha enseñado a criticar, me ha enseñado a ver síntesis estruturales que dan sentido al caos que todos los días vemos.

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Cada maestro da sentido a una parte del modelo de la vida, de un modelo de innovación.

No vale sólo con saber, hay que hacer y saber ejecutar y terminar las cosas empezadas, dice el primero; pregunta y avanzarás -afirma y encontrarás resistencias-, dice el gran filósofo griego; una filosofía de la vida, el placer está en la estética, la productividad y la innovación entrelazados; sin libertad, individual y colectiva, los procesos innovadores se retrasan, la libertad es un gran motivador; sin humildad, y sobre todo, sin sentido de la realidad, no hay proyecto innovador posible -no olvidar a Klein «posición depresiva»-, las enfermedades organizacionales y aún personales no se arreglan con medicinas o tratamientos de shock, hay que recomponer la mente, reubicarlas en nosotros mismos y no mediante culpabilizaciones en el exterior, etc.

Esta web rinde homenaje a los maestros de la vida y de la innovación, y alguna vez los recuerda, porque están no sólo en la sociedad sino en mí. Son algunos de mis maestros, aquellos de los que soy consciente; otros seguro que influencian mi pensamiento, pero no los hago «brotar» y tal vez no soy justo con lo que me han aportado.

Roberto Carballo

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Un comentario en «Maestros, Vida e Innovación»

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