¿Por qué tengo la sensación de que cada vez nos programan más amenazas, más presiones, y consiguientemente, más miedos? No estoy paranoico ….. siempre uno tiene algún miedo por ahí escondido, pero esto es real ….. lo necesita el poder y el sistema económico.

Pondré dos ejemplos. El primero: ¿Cuánto tiempo oímos hablar de que estamos en crisis? ¿Ahora siempre estamos en crísis? Pues no, en el ciclo económico, la crisis corresponde a la parte alta de la curva, allí donde en principio hay poco peligro, o al menos, se vive mejor que cuando uno está más abajo. Sin embargo, la palabra crisis significa en los media actuales un peligro, una amenaza; vamos, más o menos, lo contrario de lo que significa en teoría del ciclo. Siendo más exactos, no exactamente lo contrario, pero bastante. Además, si quieren asustar tendrían que decir que estamos en depresión o ¿deprimidos?, pero claro la palabra depresión o estar en depresión acaba culpabilizando a los gobiernos que nos meten en ella y no interesa, es mejor convertir la crísis en una amenaza, y no en lo que es, una forma fabulosa de vivir. La crisis no la tienen los que detentan el poder político o económico. A ellos les va bien, y también les ayuda difundir que estamos en crisis -sería depresión- sobre todo porque es cierto que una buena parte de la población está deprimida, empobrecida, y ha bajado (a más del 80%) su nivel de vida y de capacidad de vivir con su situación actual, mucho peor que la que tenían hace unos años. Además, la culpa de la crisis, ¿de quién ha sido? ¿Nos hemos olvidado que todo nació de unas grandes inmoralidades y aventuras de la gran banca internacional y de sus secuaces? Y además, les hemos pagado -el pueblo y mediante sus influencias en los gobiernos- sus aventuras y ahí están, tan ricos y hasta más fuertes. No es de extrañar, dado que se han guardado nuestro dinero, y nosotros nos hemos quedado sin él.

La crisis es ahora permanente, entre otras cosas, porque supone una amenaza permanente -mira, ahí se ha copiado el modelo de Trotski: revolución permanente-, para destruirnos, pero no podamos hacer frente a esa destrucción porque «nos tienen acojonados permanentemente». En el fondo, la mal llamada crisis, se nos ha llevado más de un 30% de nuestra masa salarial, y hemos perdido una media de un 25% de capacidad adquisitiva, sin contar que ahora comemos productos de una menor calidad -marcas blancas y demás- y pagamos más, aún teniendo menos.

Segundo ejemplo: Otro tema de amenaza, los terroristas, ¿es posible que ahora todo esté lleno de sospechas de terrorismo? ¿se ha ampliado el sentido y se han incluído a muchos que son sólo opositores al sistema o hasta reformadores? Implícitamente, si. Con ello, los miedos aumentan, y la gente se subordina, que es de lo que se trata. ¿Continuamente en alerta 4 ó 5? ¿Se puede vivir años con esas alertas y con policías y hasta ejército en las calles para preservar nuestra seguridad, y con leyes de seguridad que amordazan la protesta, aunque sea pacífica y se haga colaborando con otros y ante la presencia de grandes injusticias, que tantas veces tenemos que aguantar. Muchos son los resultados de esta mala práctica, exagerada e interesada práctica de ampliar el espacio terrorismo de forma exponencial. Entre otros, la tensión ….. los miedos ….. las tormentas continuas sobre la población ….. lamentable. Por cierto, tendríamos la misma tasa de terrorismo, si los USA o Europa no respondieran autoritaria y discriminatoriamente con otros seres humanos a los que vemos como infernales, siendo seres humanos en su mayoría como nosotros. Y este tema parece que se les va a escapar de las manos a los poderes políticos más tradicionales, y existe actualmente un peligro evidente de extrema derecha-nazismo en muchas sociedades, que ya veremos como toreamos cuando llegue finalmente al poder, como casi acaba de ocurrir en Austria o ya ha ocurrido en Polonia o en Hungría ….. Ahí parece que está nuevamente el germen ….. ¿recuerdan que Hitler, ese sargentillo, había nacido por esas montañas austro-húngaras?

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Un comentario en «Todas amenazas y miedos»

  1. Añadiré un ejemplo que da para más de un libro: los temores y miedos individuales, familiares y sociales que provoca la situación de inestabilidad en el empleo, la precariedad laboral, que aunque uno tenga un contrato fijo, no está fuera del peligro de la denigración personal y social de verse despedido, por razones mínimas -y aún quieren que se avance más: me refiero a Ciudadanos, aunque lo explicita poco, por razones electorales-. Sentir el soplo del poder del empresario o de su representante, director o capataz, en la oreja del empleado/obrero, supone una tensión añadida, que se amplía cuando uno llega a casa todos los días, y se da cuenta de que «no es nadie» y probablemente reaccione lamentablemente ante «esa real pequeñez» y temor en el que nos movemos, todos y cada uno. Unos más y otros menos, pero todos. Hasta los que están cerca del poder, o son poder delegado, temen perder su posición y su puesto, y el temor aún se acentúa porque la competencia para «su puesto» es durísima y como te marginen, estás fastidiado.

    Un terrible temor nos asola: ser despedidos.

    Y cada día surgen más técnicas para controlarnos y querer que aumentemos la productividad de lo que hacemos y sobre todo, el peor de los recursos, ya casi generalizado en las empresas, la dirección por objetivos, que lo que significa es que la competencia entre iguales se hace tal que la lucha, la traición y las zancadillas son lo normal dentro de esas di´námicas. Justo lo que quiere el poder: dividirnos, que nos odiemos, que compitamos con el amigo y compañero, que queramos ser los que alcanzan más los objetivos y nos retribuyan mejor.

    Una variante de la dirección por objetivos, todavía más dura, porque afecta a la gran mayoría del mundo comercial, es la aplicación de objetivos entre compañeros y comerciales. Estoy viviendo como cliente una batalla descarnizada porque «compre» a una tele-comercial y no a otra, con interferencias constantes. Después de tres o cuatro llamadas, había llegado a un acuerdo con una chica (latinoamericana, por cierto) del equipo comercial. Entonces empezaron a llamarme sin ton ni son otras comerciales y cada vez que les dije que estaba a punto de cerrar el contrato con una persona y que no quería a otra, porque me parecía lo justo y además, no tenía que volver a empezar, no sé de que forma consiguieron hasta dos veces (dos personas distintas) hacer que el primer «cuasi-contrato» se diluyese en sus manos y se hiciese imposible volver a la comercial primera. Esto ha supuesto una experiencia lamentable desde el punto de vista del cliente, que como tal acabas hasta entrando en comprobar si las otras comerciales te ofrecen más que la primera. En fin, la competencia para sobrevivir malamente con unas comisiones de mierda, acaba destrozando lo que uno tiene de ser humano.

    Es el tercer gran temor: la pérdida de salario o la pérdida de trabajo y el despido consiguiente, o aún la marginación en la empresa. El temor está claro, y genera temor universal; el recurso, los objetivos y los pagos a destajo, llamados por objetivos, pero son a destajo, es un recurso que está extendiendo los temores y haciendo que la competencia del mercado capitalista sea lo que es: una grandísima inmoralidad, un peligro para el equilibrio y la salud de las personas, y una subordinación continua de toda la sociedad, desde el individuo a la familia y al grupo social.

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