Cuando logramos la porción de democracia que nos permitió el bloque neo-franquista en los setenta, me acordé mucho de mi padre que había muerto sin verlo unos años antes, a principios de los setenta. Había vivido su temprana juventud en la esperanza de libertad de la II República y vivió tres años horribles de guerra, protegiendo a su familia: padre, tio, hermano …. escondidos de la represión franquista. Me enseñó lo que había sido la guerra en vivo y lo que contaban los que no tenían censura y había que leer y comprar en librerias con trastienda. Para mí era un gran experto en esos temas, y recuerdo siempre con cariño las reuniones en la cocina, con mi madre haciendo una tortilla de patatas (con cebolla, claro), yo por allí, sentado y él también contando experiencias irrepetibles.

Al morir Franco, pensé en mi padre …. era uno de los damnificados por no haber podido ni vivir la democracia en esta versión limitada, atada y bien atada, que hemos podido vivir al menos después de muchas luchas y movilizaciones sociales. ¡Muchas veces me acuerdo de mi padre! Con la pena de que nunca vivió lo que tanto amaba. Porque sólo le quedaba la nostalgia de la libertad y el recuerdo y la memoria de la represión y de la dictadura dura-dura (porque era dura y porque duraba, duro lo indecible).

Le gustaría vivir un momento como el que estamos viviendo, con una mínimo re-nacimiento de una esperanza casi perdida en los negros años donde el capital financiero nos ha metido. Esperanza que hay que hacer realidad, transformando esas bases mínimas, que cada día son más estrechas, que contienen los doscientos y pico artículos para «atar y bien atar» los privilegios e intereses de los que no han dejado de estar ahí, aprovechándose de su posición de privilegio, y que al unirse a la corriente USA del neo-liberalismo se ha hecho más y más descarnante y sobre todo, injusto para una gran mayoría.

Gracias, papá, por enseñarse a ser como soy y a pesar de todo, recordar y tener memoria de aquello que puede ser posible y nos debe animar a continuar hacia una sociedad menos injusta.

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2 comentarios en «Gracias, papá»

  1. Hace meses que al tiempo que ha surgido una esperanza, veo el sistema dominante y no puedo dejar de sentirme cada día más aprisionado de sus mentiras, de sus injusticias … y tal vez sentir, reproduciendo lo que pienso que sintió mi padre, que esto no tiene remedio …. que están locos, pero prefieren seguir siendo locos, a introducir sentimiento hacia las personas y razón a sus argumentos, no para justificar, sino para avanzar en el sentir hacia el otro, sea el de al lado o el de muy lejos.

    Bueno, tal vez es el invierno que me afecta, o es el invierno de mi vida ….. o que sé yo ….

  2. Un sistema tan injusto …… el otro día leía algo sobre la acción política de agobiar a Rusia y a Venezuela, entre otros, con una política de precios del petroleo que les impida …… seguir enfrentándose al poder único y de pensamiento único de los USA …… por cierto, las gasolinas no han bajado ni mucho menos en la misma proporción, es decir, son ahora más fuente de beneficios que antes, porque los márgenes cuando baja el precio aumentan …. y cuando subre, también ….. es el producto de las corporaciones monopolistas que da lo mismo lo que pase, pase lo que pase, ganan más, y acumulan más …. van a explotar del sobrepeso que ya tienen …. ya lo creo. Como decía Marx ahí estaba la gran contradicción, que el saco de todos acabe vaciándose y los dominantes no puedan seguir ganando a espuertas y sin aliento. Lo peor es que la falta de alternativas, nos llevará a más conflictos.

    Me enferma ver a ese millón de refugiados del conflicto sirio, provocado sin duda por los intereses que quieren quedarse con sus recursos, y que hasta han estado financiando al «ahora llamado Estado Islámico» con tal de generar inestabilidad y guerras. ¿Cómo es posible no pensar en esos resultados? Un millón de personas ….. -si sólo fuera un millón, ¿cuántos habrá en el mundo en condiciones similares?- y ahora la ONU nos pide dinero para que no se mueran de hambre -telediario de ayer-. Parece una broma ….. cuanta más pobreza, más caridad, en lugar de dignidad.

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