«Nuestra mayor gloria no está en no caer nunca, sino en levantarse cada vez que caigas»
¡Qué bonita frase y tan bien formulada! La gloria no está en no caer, en no errar, en no equivocarse, sino en saber levantarse: siempre hay nuevas oportunidades, y siempre tenemos que utilizar nuestra energía de reserva para después de una pausa y reflexión sobre las «caídas», ser capaces de intentarlo otra vez.
Es más, en toda dificultad o hasta muralla o como yo le llamo inhibidor, está, en sí misma, en ella misma, en sus características, en sus vertientes y perspectivas, está la posible sublimación. O lo que casi es lo mismo, los inhibidores, los frenos, son buenas palancas o plataformas para impulsar a partir de ellas mismas, las sublimaciones debidas que nos conduzcan a nuevas oportunidades.
Bueno, no le he dicho, pero he encontrado esta frase en mi gran maestro Confucio, aunque es seguro que podría encotrarla muchas veces repetida por otros tantos maestros y/o ancestros, y la volveré a repetir bajo diversas formas muchas veces.