Tomo de Max Aub («La gallina ciega»), a quién releo:
«…. Hacer huelga pero no durante el week-end. Los fines de semana han acabado con las semanas. Si no se trabaja durante la semana, o los cuatro días en que ha quedado reducida, ya no se puede descansar el final de semana. Carlos Marx no habló nunca de los week-ends. Habría que hacer una teoría de los wee-ends considerados como la base de la humanidad futura. De cómo el descanso se va comiendo al trabajo y la gente no trabaja más que pensando en el descanso. Que les digan lo que quieran, que les toquen lo que quieran, pero que no les toquen las vacaciones. Sobre todo aquí, o en Francia, o en Inglaterra. Antes, las vacaciones eran cosa de burgueses. No creo que la aristocracia, la nobleza, hablara de vacaciones en los tiempos en que mandaba. Para ellos, su distracción -sus vacaciones- debió ser la guerra, las guerras, el asedio, el pillaje, robar, matar. Ahora, se trata de tumbarse al sol, de tostarse, de dorarse, de no hacer nada o, al contrario, de descansar, escalar picos o dejarse deslizar por la nieve. Muchos más, la gran mayoría, la enorme mayoría …… Las vacaciones: los clubes de vacaciones, paraíso abierto para todos: España. España, para los franceses, para todos los franceses como antes la Costa Azul para los ingleses, para algunos ingleses.. Ya no son los cien mil hijos de San Luis sino los veinte millones de nietos de Santa Genoveva»