No recuerdo si alguna vez reproduje esta cita de Epicuro, pero por si acaso, y dado que ha sido comienzo de las clases que tuve el jueves con mis alumnos, me gustaría reproducirla o volver a hacerlo:

>»Que ninguno por ser joven vacile en filosofar, ni por llegar a la vejez se canse de filosofar. Pues no hay nadie demasiado prematuro ni demasiado retrasado en lo que concierne a la salud de su alma. El que dice que el tiempo de filosofar no le ha llegado o le ha pasado ya, es semejante al que dice que todavía no ha llegadoo que ya ha pasado el tiempo para la felicidad. Así que deben filosofar tanto el joven como el viejo: éste para que, en su vejez, rejuvenezca en los bienes por la alegría de lo vivido; aquél para que sea joven y viejo al mismo tiempo por su intrepidez frente al futuro. Es, pues, preciso que nos ejercitemos en aquello que produce la felicidad, si es cierto que, cuando la poseemos, lo tenemos todo y, cuando nos falta, lo hacemos todo por tenerla«

Según lo iba leyendo en cada una de las clases ….. fui notando como afloraba una sensación de placer al encontrar no sólo sabiduría sino arte poético en estas palabras.

Pero quisiera añadir algo más del mismo Epicuro, por supuesto:

>»Pan y agua proporcionan el más elevado placer, cuando los lleva a la boca quién tiene necesidad. El acostumbrarse a las comidas sencillas y frugales es saludable, hace al hombre resuelto en las ocupaciones necesarias de la vida, nos dispone mejor cuando ocasionalmente acudimos a una comida lujosa y nos hace intrépidos ante el azar.

Así, cuando decimos que el placer es fin, no hablamos de los placeres de los corruptos y de los que se encuentran en el goce, como piensan algunos que no nos conocen y no piensan igual, o nos interpretan mal, sino de no sufrir en el cuerpo ni ser perturbados en el alma.

Pues ni fiestas y banquetes continuos, ni el goce de muchachos y doncellas, ni de pescados y cuanto comporta una mesa lujosa engendran una vida placentera, sino el cálculo sobrio que averigüe las causas de toda elección y rechazo y que destierre las falsas creencias a partir de las cuales se apodera de las almas la mayor confusión. De todo esto, el principio y el mayor bien es la prudencia. Por ello, más preciosa incluso que la filosofía es la prudencia, de la que nacen todas las demás virtudes, enseñándonos que no es posible vivir placenteramente sin vivir prudente, honesta y justamente, ni vivir prudente, honesta y justamente, sin vivir placenteramente. Pues las virtudes son connaturales al vivir feliz, y el vivir feliz es inseparables de éstas«

No sólo es bello, sino que aparte del placer de su belleza, nos impulsa a reflexionar sobre nuestra vida y nuestros comportamientos, tan cercanos a una abundancia desmesurada que hace de nuestra vida un lugar sin sentido, donde acabamos buscando emociones por no lograr el placer en las «virtudes» que cómo dice Epicuro, nos podrían hacer felices.

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10 comentarios en «Filosofar»

  1. La serie de Ghirardelli es muy oportuna para empezar a comprender a Epicuro, pero también sirve para otras muchas cosas ….. su versatitilidad para expresar los conocimientos sin ansiedad, con un tempo adecuado, hace más agradable y gratificante su serie.

  2. O maior prazer, segundo Epicuro, é comer quando se tem fome e beber quando se tem sede.

    O «tetrafármaco», receita do mestre para a vida tranqüila – ao qual se refere Ghirardelli – tem o seguinte teor: «O bem é fácil de conseguir, o mal é fácil de suportar, a morte não deve ser temida, os deuses não são temíveis.»

    Com essa «receita» ele levava a todos a fórmula da felicidade e chamava a atenção para a valorização e a descoberta do prazer nas pequenas coisas da vida, como a realização das nossas necessidades básicas. Estaria escondida nos detalhes a tão famosa palavra FELICIDADE?

  3. Es uno de los filósofos de la antigüedad con los que más agusto me iría de fiesta. Su filosofía de la vida, su indiferencia ante la muerte (La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo), su exaltación de la templanza y de la frugalidad. Estoy seguro de que si no hubiera medado la escolástica, censurástica y monástica edad media entre sus escritos y nosotros, no sería tan marginal en nuestro esquema del pensamiento antiguo.

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