James Petras dice muchas de las cosas que yo he pensado en estos últimos veinte años y como no tenía conocimiento ni datos suficientes, no me he atrevido más que a bosquejar en tertulias privadas. James Petras se preocupa del Iraq que había llegado a ser antes de las dos guerras invasoras de los USA, se preocupa de que era uno de los pocos regímenes laicos y con cierta proyección científica en el mundo árabe, y que resistía a sus ayatolahs vecinos. A mí también me han preocupado estas guerras como destrucción de una gran civilización que siempre fue envidia de todo Oriente Próximo, de todos los países de los alrededores, la civilización entre el Eufrates y el Tigris, la Mesopotamia. No una civilización, sino sucesivas civilizaciones, construidas sobre la base del agua, y del desarrollo agrícola y que por tanto, eran auténticos portentos de desarrollo cultural, social y político en el mundo antiguo. No quería saber de lo que estaba pasando, porque se estaba perdiendo algo que era de todos, y sobre todo, aquello que era más valioso, lo que han construido a lo largo de siglos hombres y mujeres trabajadores, serios, científicos en la medida de sus necesidades y sus fuerzas, como ocurre con todas las civilizaciones agrícolas, como la china en torno a sus dos grandes ríos, o la egipcia en torno al Nilo o la hindú en torno al Ganges. Porque la agricultura constituyó un paso decisivo en el desarrollo del ser humano como humano, un paso que además reducía las diferencias entre mujer y hombre y hombre y mujer, democratizaba las relaciones, reducía los intereses por la rapiña y la conquista y asentaba a los pueblos, que se movían sólo cuando necesitaban comerciar y obtener productos de otros sitios que cambiaban por aquellos que ellos producían. Los pueblos agrícolas se hacen menos agresivos, menos expansivos, menos imperiales, con menos ambiciones …. porque la cercanía de la naturaleza, ver como los productos crecen y cómo poderles ayudarles a crecer, saber que se puede conocer el clima, pero siempre hay imprevistos, y hay que aceptarlos, y otras muchas cosas ….. todas ellas cuestiones que producen unas culturas basadas en el valor del trabajo, en el valor del esfuerzo, en el valor del conocimiento, en la necesidad de ayudas entre ellos en épocas difíciles, en la cooperación y la solidaridad, …….. sociedades que interesan, que interesa que pervivan, porque nos permiten alentar esperanzas de que otras puedan llegar a esos niveles de desarrollo social y cultural. Por eso me preocupa la destrucción de Iraq, porque Iraq se asienta -y por tanto, confiere cierta relación cultural- en donde se asentaron los grandes pueblos de la Mesopotamia …. Cada vez que oigo Bagdad, me pongo a temblar, a ver que es lo que se ha destruido más. Cada vez que oigo Basora me pasa lo mismo.

Y el Grupo Irakere nos acompaña.

Entradas relacionadas

2 comentarios en «Irak»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *