Martin Amis

Martin Amis ha sido mi gran descubrimiento de 2009, y me dirán los entendidos que llevo mucho retraso, pero las cosas son así, no soy un experto en literatura, ni tampoco crítico, solo leo libros, novelas y otros y hay algunos que me gustan, otros que no, y otros que los dejo antes de llegar a la página cuarenta. Con Martin me pasó que estuve a punto de dejarlo en la página veinte. Lo cierto es que la primera novela que le leí «La Información» estuvo en mi mesilla de noche durante días y días, semanas, hasta meses, y no la acababa, no le cogía el tranganillo, pero tampoco la podía dejar. Total, que en muchos momentos, llevé mi cabreo con el autor al comentario con amigos y conocidos. Por cierto, ninguno de ellos lo había leído y sólo me podía decir, si yo me ponía muy pesado: «pues déjalo si no te gusta», pero yo seguía rumiando contra la novela y contra el autor, haciendo hipótesis sobre él y su literatura, pero no era capaz de quitar el libro de mi mesa de noche. Criticaba su estilo, su forma de escribir, el uso de la primera persona, el thriller sobre el que montaba las cosas, sus tendencias inducidoras del lector de ser autobiográfico, a veces me recordaba a Auster, pero no era lo mismo, era otro estilo, un estilo más duro, más radicalmente europeo, parecía como salido de una cloaca, y al tiempo, sentía que todo lo que escribía lo había vivido, era muy fuerte, era como una lucha con uno mismo, con su yo, con su ello, hasta con su superyo. Cuando terminé «La información», tenía el mismo sabor de boca que cuando la estuve leyendo, es como si algo quedase inacabado, como si no supiese nada del autor, y al tiempo, anhelase conocerlo. Miré, como hago siempre, la contraportada, me ilustré sobre un principio de quién era el personaje, me informé en internet sobre él y el «enfant terrible» de Martin me inquietó e indujo tal vez más. Encontré primero «Dinero» que resultó ser fantástica y «El libro de Raquél», una de sus primeras novelas, sino la primigenia, más «autobiográfica» si cabe, más él mismo, un Martin, aquí Charles Highway que acaba su etapa teenager, su adolescencia, y asiste a los últimos días como adolescente, egoista, irresponsable, narcisista, hasta descarado ….. y al tiempo, experimentador, vividor, y «pequeñito» para su edad -!todavía no se ha acostado con ninguna mujer!- …. Me gusta el lenguaje de Martin, aunque exagera la riqueza lingüistica de sus personajes, ?de él mismo?, o es que se acaba identificando tanto con su personaje/jes que despliega un lenguaje que no se corresponde con sus años o sus potencialidades. Pienso que se olvida de que son personajes, que son otros, y habla excesivamente por si mismo. Resultado de eso son a veces palabros que nunca utilizaría un adolescente de diecinueve años. Pero aún así Martin Amis es moderno. Mejor dicho, era moderno en los años setenta y yo sin enterarme. Habla de cosas y de relaciones sociales que serían casi imposibles en la España folklorica de esa época y tal vez hoy.

Que conste que es una buena recomendación para el verano. Todavía me queda por leer algo más de Martin, pero lo dejaré para el otoño. Ahora me toca explorar autores para mi desconocidos, de esa forma tal vez «descubra» algo diferente ……. es tan interesante cuando se encuentra. Lo único malo de los buenos novelistas es que aunque sus novelas sean largas, nos duran poco, poquísimo, enseguida se acaban, y hasta muchas veces tiene uno las ganas de volver a leerlas, pero no resulta, no resulta, los buenos libros se leen una vez ….. la segunda ya no están tan llenos de sorpresas.