Jacques Diouf es director general de la FAO, nada menos. Y dice cosas, en una entrevista en un periódico de hoy, como las siguientes:

– «…hay 963 millones de personas que no comen», algo menos de la sexta parte de la población mundial.

– «Estados Unidos, un país avanzado, donde hay 31 millones de hambrientos». Ya Harrington, el consejero de Kennedy hablada de un 20% de pobres en «La cultura de la pobreza en los Estados Unidos», pero esto es mucho más, hablamos de hambrientos.

– «La crisis del empleo no es razón para olvidar la crisis alimentaria. Tenemos cada vez más hambrientos y las reservas de comida son las segundas más bajas en 30 años». Es que al desempleo y la emigración se ha unido la gran elevación de los precios de los alimentos en los últimos años.

– «Los países ricos siguen subvencionando masivamente a sus campesinos y eso perjudica a los países pobres. No se puede continuar así». Pero continuará porque los Estados centrales con la crisis seguirán buscando la manera de mantener las rentas de sus campesinos y de sus nacionales y eso redundará en un mayor gap en la relación real de intercambio.

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– También indica que la FAO ha perdido más de un 30% de sus recursos técnicos y un 35% de los financieros y que «la ayuda al desarrollo cayó del 17% al 3% entre 1980 y 2006», es decir, justo en los años en que el sistema capitalista se expansionaba basado en el modelo neoliberal. Cada día más egoistas.

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2 comentarios en «Hambre»

  1. Esta imagen lo tiene todo, el horror y la desesperación. Leía en un artículo este párrafo:
    “(…) Está el hambre de los que no tienen nada y el hambre de los que nunca tienen suficiente; el hambre de los que quieren algo y el hambre de los que quieren siempre más: más carne, más petróleo, más automóviles, más teléfonos móviles, más imágenes, más juguetes y -también- una moralidad superior.(…)” La relación entre ambas insatisfacciones es un sistema global.» Queríamos un hombre libre y tenemos un hambre libre.
    Lo verdaderamente cierto es que la hambruna disuelve todos los lazos sociales e impone el canibalismo. La pobreza relativa aviva el ingenio, inventa soluciones colectivas, crea solidadridad y resistencia. Pero cuando el hambre amenaza la supervivencia, todo esto se deshace y sólo quedan impulsos solitarios, egoístas y casi animales: individuos enfrentados entre sí.Creo que nuestra voracidad está destruyendo la sociedad que tenemos.

  2. Estoy en total acuerdo. Se necesita sentir la necesidad social para indignarse, pero siempre que uno no padezca un hambre extrema. En ese caso, sólo queda dejarse morir o casi. Debe ser una gran desesperación.

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