Coincido plenamente con el compañero Dioni Nespral, la crisis hay que afrontarla a partir de nosotros mismos, a partir de las personas, a partir de nuevas formas de colaboración y de cooperación, añado yo, pero siempre desde las personas.
Ahora hemos caído en la «necesidad», casi en la extrema necesidad, si nos replegamos, las cosas van a ser peor, también para cada uno de los replegados. Más bien es el momento mi buscar, analizar y determinar oportunidades nuevas, que nos sirvan como guía para salir del pozo. Si no movilizamos nuestras energías y a las personas, si no les conferimos un espíritu de sacrificio y de transformación, si no las llevamos a ver las cosas como son, ni más ni menos, si les vendemos «plumas» idealistas, no vamos a ninguna parte. Tenemos que ponerlos a trabajar para superar este gran escollo, que nos ha sorprendido, pero que no debe deprimirnos. Observo a los periódicos con estupor, sólo aparecen noticias negativas, moviéndose en la antítesis, que sabemos que no es lo que se necesitan, que es la síntesis, para seguir.
Es el momento de hablar de innovación social, de innovación a partir de las personas y de los grupos, es el momento de apoyar las iniciativas que salgan de la sociedad para mejorar al conjunto de la misma, es el momento de dotarse de métodos que permitan superar esta situación de incertidumbre y de miedo que se va instalando en todos, y finalmente no sirve para nada. Podríamos imitar al poeta, y decir: «teño medo de ter medo ….» (tengo miedo de tener miedo).
Pero para hacerlo posible es preciso que no nos repleguemos como lo estamos haciendo. Todos se están replegando a marchar forzadas, y el primer repliegue es justo «quitarnos de encima» a los únicos que nos pueden sacar del atoalladero: a las personas. Y en vez de mirar hacia las oportunidades, que son muchas; nos quedamos con el repliegue, que sólo nos lleva a la ruina, también moral.
La mayoría de los equipos de futbol son cutres, y cuando logran marcar un gol, aunque sea de rebote, se repliegan con todos dentro de su campo, y se ponen al contraataque. Muchas veces, el otro equipo -sin duda, la mayoría de las veces, más merecedor de un mejor resultado- obtiene el empate o aún remonta, y todo ha sido porque el que iba ganando tuvo miedo, se le agarrotaron las piernas, y se horizontalizó, se olvidó de que para ganar también hay que merecerlo, y casi siempre los que lo merecen más, son los que ganan.
Pues lo mismo: no vale de nada ser cutres. Los cutres no van a resolver las cosas, sino aquellos que apuesten por analizar oportunidades y alternativas, que tengan sentido de la realidad, que sepan atraer a sus clientes, comprendiéndolos, que sepan dar calidad al mejor precio, …. que innoven en sus formas productivas, organizativas y distributivas.
La innovación ahora es más necesaria que nunca. La innovación es ahora, en las crisis, imprescindible. Y no confudamos innovación con tecnología, la innovación, también la tecnológica nace de las personas y de los grupos y de sus conocimientos y aplicaciones derivados de ellos. Por favor, «no se me rajen», precisamente ahora.