Oportunidad

Muchas cosas podemos tener la oportunidad de cambiarlas en los próximos años. Esto siempre es cierto, pero cuando hay economía deprimida, la oportunidad se acrecienta. Tenemos tendencia a dejarnos llevar por la corriente. Si sube, subimos; si baja, bajamos. Ahora que baja, podemos dejarnos llevar por la depresión, y es el impulso casi automático, que las «aguas nos confundan», «total para qué volver a intentarlo», «¡qué trabajo inútil!, cuantas veces ya lo hemos intentado y que poco hemos conseguido. La botella está medio vacía.

Yo diría sin embargo que porque la botella está hasta menos de mediada, es por lo que la gran mayoría tiene su oportunidad. En términos económicos es evidente que cuando los países ricos tienen problemas, los pobres pueden respirar hasta sustituyendo parte de las importaciones, o hasta pueden tener tiempo para pensar y hacer las cosas de acuerdo con lo que necesitan, y no sólo con lo que les pide/demanda/exige el mercado. El mercado es el corto plazo, no hay casi tiempo para reflexionar, para pensar, y el que llega primero tiene normalmente ventaja, «coge la posición» y nos arrebata el «rebote».

(Innovación-Aldebaran Innovation)

Además, si el estado de las cosas es depresivo, es que hemos cometido o han cometido muchos errores. Es una buena época para aprender, para analizarlos y aprender de ellos. «Nuestros errores son nuestros mejores maestros», decía Nietzsche, y añadía: «pero no siempre tratamos bien a nuestros mejores maestros». Aprendamos de los errores, es decir, démonos tiempo para reflexionar sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos. Aprendamos métodos, revisemos nuestras maneras de hacer y de deshacer. Y recapacitemos sobre todo eso, pero sin dejar de hacer, porque ya sabemos que del pensamiento a la depresión hay un camino corto. Necesitamos hacer para saltarnos esos escollos del camino. ¡¡¡¡ Es una gran oportunidad, no la desaprovechemos !!!!