(Innovación – Aldebaran Innovation)
La Ministra de Ciencia e Innovación ha despertado un gran interés. Una persona que ha triunfado en su profesión, que ha liderado una empresa de éxito, y que ahora tiene la oportunidad de poner en marcha un proyecto global de I+D+i. No es fácil montar un ministerio a partir de los trozos de otros, y de algo nuevo. Siempre es conflictivo, y ser conflictivo dificulta ser innovador, porque son inhibiciones previas al proceso de innovación. Visto desde la perspectiva de la innovación, sobre todo tecno-científica, el ministerio puede ser un buen vínculo de fusión entre dos temas todavía demasiado lejanos en nuestra sociedad, donde la ciencia parece ir por un lado y la innovación por otra. En ese sentido, la creación de este nuevo ministerio tiene un valor indudable de acercar universidad y sociedad. Pero también es cierto que vestimos a un santo para desvestir a otro, porque si había un conflicto sin resolver era la fusión del sistema educativo y del sistema de investigación. Ya veremos como se concilia esta mayor lesión.
Por otro lado, Garmendía es bióloga, lo que a mí particularmente me da mucha confianza. También es empresaria, pero no conozco suficientemente su trabajo y no puedo opinar.
Es un ministerio muy complejo, a pesar de que parezca relativamente homogéneo, lo cual va a llevar mucho trabajo de coordinación interna y de conflictividad que habrá de resolver encontrando espacios de comunicación. Parece que esa es la idea, una idea de intercomunicar con la sociedad, con los diferentes agentes que interactúan en este espacio, pero ya veremos lo que pasa, porque el poder genera ciertas constantes que es difícil de superar.
Por último, esta área tiene un reto, y consiste en contar con las personas, no en cuanto investigadores o innovadores, sino en tanto son personas, y pueden serlo más y participar en espacios grupales que todavía desarrollen más sus capacidades y sus competencias. Ese es el gran reto, y además, es el más barato, y el más rentable. Calculo que desarrollar personas y grupos al servicio de procesos investigadores y de innovación puede multiplicar por 10 o 20 las inversiones en poco tiempo, y además, las inversiones no tienen porque ser muy altas inicialmente, por lo que es compatible con grandes obras faraónicas. Sin personas, sin que esas personas desarrollen capacidades y competencias, sin que éstas se materialicen en proyectos, y estos puedan ser compartidos de manera intensa, bien en el grupo interno o bien con otros investigadores y grupos, será difícil que la I+D+i supere los bajos niveles de rendimiento y eficacia que tiene.
Eso le pediría a la ministra que contacte con los que sabemos de innovación a través de personas y grupos, de los que sabemos de innovación organizativa, de los que sabemos de innovación local y educativa, de los que podemos contribuir a facilitar los procesos de humanización de la innovación, a partir del individuo y sobre todo, del grupo y consiguientemente de la red. Como dicen los británicos: wait & see.