¿Por qué tantos recuerdos? (11)

Dicen que segun nos hacemos mayores, recordamos más las cuestiones de la infancia y adolescencia, tal vez por eso yo cada vez recuerdo más lo que he vivido, y hasta puedo entender muchas de las cosas que he vivido, ahora, porque cuando las viví no las entendía demasiado, ya tenía bastante con vivirlas y a veces soportarlas.

Hoy he soñado con aldabones, con los aldabones de las puertas de las casas, y también con el hecho de que antes los portales, las puertas de los portales de las casas de pisos, estaban siempre abiertas. Daba una sensación de sociedad muy libre, parecía que podías hablar con todo el mundo, aunque cada cual estuviese en su casa. Recuerdo la función de los aldabonazos, por ejemplo, cuando venía el cartero. Yo vivía en un cuarto piso, en la izquierda, y él marcaba plenamente cuatro aldabonazos, y después los acompañaba con dos rápidos. El sonido era tan fuerte que estando dentro de nuestro cuarto piso, podíamos oirlo, salir mi madre a la puerta, y hablar por el hueco de la escalera, y decir algo asi como: quién es? y contestar el cartero, tiene carta para el cuarto izquierda. Entonces mi madre decirme que bajara a por la carta, o ella misma hacerlo. Había que bajar 82 escaleras en cuatro tramos, y volver a subirlas. La puerta estaba abierta, se utilizaba garganta y pulmones para gritar el aviso, y se hacía ejercicio bajando y volviendo a subir los 82 peldaños. Al final, llegabas al rellano y le entregabas la o las cartas a tu madre. Casi siempre las cartas se leían en familia, es decir, una vez leídas, se volvían a leer cuando estábamos reunidos por la tarde-noche en torno a la cocina bilbaina y haciendo la cena. Era el momento de compartir lo que decía mi tío Paco el de México o su hermana Rosario de Lugo.

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Antes las cartas no eran como ahora, que la correspondencia siempre es del banco y propaganda, banco y propaganda, propaganda y banco, y alguna vez, agencia tributaria. Antes se escribían cartas, se valoraban las cartas, se leían públicamente, y hasta se llevaban en el bolso para leerlas a la familia o a las amigas. Todo porque habíamos oído los cuatro aldabonazos que permitían de pronto acercar el mundo de Puebla o de Buenos Aires o de Lugo o hasta de algun otro lugar a nuestra casa. Y gracias a que la puerta estaba abierta y había un aldabón en ella, un aldabón que nos comunicaba con el mundo de nuestros familiares emigrantes.

Recordaba hoy también en sueños las primeras cartas de amor …. pero ese es otro tema.

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Un comentario en «¿Por qué tantos recuerdos? (11)»

  1. Cuando piensas en la correspondencia que has tenido intensamente con personas a las que has amado, te preguntas donde estarán «tus cartas», porque es evidente que «las suyas», si no las has tirado, las tienes tú. Pero para tí lo que cobra importancia es más, lo que tú decías, cómo lo decías, porque ahora entenderías mucho mejor esos momentos emocionales. Alguna vez tengo que recuperar algunas de ellas. Creo que diría mucho de cómo soy y cómo he sido. En fin, ¡qué cosas se me ocurren hoy que estoy desvelado!

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