El otro día comencé un ciclo de innovación de un programa del que estoy enamorado porque lo diseñé y lo he puesto en marcha. Consiste en un programa de Dirección Innovadora para altos funcionarios, y eso es lo bueno y lo innovador hacia quién se dirige, y además, funciona, funciona muy bien.
Eran las diez menos cinco de la mañana y había instalado ya todos los aparatejos del ordenador. Me di cuenta de que como es normal por desgracia en nuestras latitudes de los 25 participantes que tenían que estar presentes no habría más de la mitad. Y me dije: no puedo «castigar» a los que están, tengo que darles algo que los que no están se van a quedar sin él. Y además, de esa forma, los que no están pensarán que la próxima tienen que llegar a la hora. Y pensé en una píldora para empezar, y me encontré con ella en uno de los bloques de transparencias que llevaba preparados.
Era una frase de Drucker. No es un autor que me entusiasme, pero tiene su audiencia y normalmente tiene mucho sentido común, de esos sentidos comunes anglosajones que se entienden. La frase, que reproduzco, estaba trabajada. Había subrayado tres palabras, para remarcar lo que yo quería decir. Es decir, utilizar a Drucker enfatizando en lo que he desarrollado en mi modelo de innovación. Por supuesto, en la frase no está el modelo, pero hay tres puntos que se aproximan. Y me sirvió para hacer la píldora, que ahora no podría reproducir, pero quedó bien. Cuando terminé ya había en clase 24 alumnos, eran las diez y diez y ya podíamos lanzarnos al plan de trabajo que traía organizado.
Analizar, definir y atrapar son las tres palabras subrayadas, en mi orden, no en la cronología de la frase. Analizar, es decir, intentar conocer, saber donde estamos continuamente, como principio y casi finalidad de toda actividad; definir a partir de ahí las cosas, saber el sentido que tienen y que es más importante o esencial, y que no lo es, jerarquizarlas, darles un papel en todo el teatro; y por último, «atrapar» las oportunidades que se derivan de saber donde estamos. Y añadiría yo, elegir entre todas ellas, para abordar con recursos escasos, aquellas que sean más eficientes e interesantes, por supuesto no solo para ganar, sino y sobre todo, para aportar algo a los demás. Porque sino para que hacemos las cosas: ¿sólo para acumular dinero como el tio Gilito?. Hay muchos que son así, pero peor para ellos.