Esfuerzo-ejemplo (primer núcleo)

Slide5.JPG

El primer núcleo estratégico es el esfuerzo, derivado de la necesidad social, no de la imposición o arbitrariedad.
El esfuerzo no se consigue a base de imponerlo, obligarlo, determinarlo, ni de explotar o esclavizar o exigir. El esfuerzo ha de nacer como una necesidad, probablemente ineludible, pero que el actor debe considerarla o acercarse a considerarla como tal. Por eso, la fusión de esfuerzo-necesidad social (o sentida individualmente, pero realmente social).
El facilitador, el maestro, el profesor ha de impulsar, inducir por el ejemplo, desde el primer momento. El ejemplo propio, vinculado al reconocimiento de los esfuerzos de los que participan en el proceso. Ejemplo-reconocimiento son dos recursos imprescindibles para avanzar. Dar ejemplo, reconocer -tengamos en cuenta que reconocer es re-conocer, o sea volver a conocer-.
——————————————

Por eso el gran punto de partida es favorecer el esfuerzo en el participante, y relegar la supuesta “inteligencia natural”, mostrada casi siempre como una imagen de lo que es. No he dicho desechar o eliminar, sino relegar, poner en su sitio.
Es claro que la “inteligencia natural” mostrada en participaciones públicas suele ser bien recibida por los profesores, que siguen la estela y participan en los intercambios que promueve “el que ya es”. El profesor ha de evitar entrar en ese juego, y más bien reconocer el esfuerzo en llegar antes que “lo que ya se sabe” .
Énfasis en el esfuerzo. Puede que ese esfuerzo no sea del todo “productivo”, pero ya lo será. Del esfuerzo nace finalmente casi todo, y sin esfuerzo no somos, ni podemos llegar .
Por tanto, el primer núcleo orientador primario de nuestro trabajo como maestro es la

combinación compleja de ejemplo-reconocimiento-esfuerzo.

Por eso en el gráfico lo encuadro; por eso lo pongo en el mundo de lo básico, de la madre, en el mundo del Este, del naciente, de lo que todos los días nos renueva con su calor .
———————————

Ah, y el esfuerzo significa acción, búsqueda, iniciativa, investigación, atrevimiento, pérdida de miedos al error, aprender haciendo, …… ; y el reconocimiento significa refuerzo positivo, consideración, aprobación provisional, comprensión, identidad …..
———————————-

Por eso son tan importantes, decisivos diría yo, los primeros días de aula. El profesor ha de ser lo que es, pero ha de resultar visible en lo que es. Y ha de reforzar la idea de esfuerzo, de seriedad, de coherencia, de reconocimiento.
Es preciso que el profesor se acompañe de sus maestros, a algunos de los maestros de la humanidad y los presente, maestros ya reconocidos, maestros que nos han enseñado tantas cosas o que nos han recordado tantas cosas evidentes: maestros del saber, maestros del arte, maestros de la música, maestros, porque al reconocerlos estamos no sólo creando una necesidad de conocerlos y leerlos o recordarlos u oírlos, sino también porque ese reconocimiento es un ejemplo de conocimiento y de decirnos a nosotros mismos que no empezamos de cero, sino que muchos han aportado cosas, y que vale la pena conocerlas, es muy atractivo hacerlo, interesarse por la cultura en la que vivimos, y sobre todo, por aquellos sentimientos humanos que aunque sean muchas veces recordados, otras tantas parece que se olvidan .
Yo llevo a mi aula desde el primer día a poetas, filósofos, científicos, formas, propuestas, conocimientos, …. Y empiezo mis clases con una píldora de esos maestros que constituyen una parte de mi patrimonio cultural, y por tanto, del de la humanidad.
Le he dado en llamar “píldoras” y las selecciono todos los cursos y para todas las clases. Sólo las leo, o las escuchamos, o las hacemos durante los diez primeros minutos de cada clase. Siempre empezamos el aula acompañados de algún maestro .
————————————-

Y si hay que traer a los maestros para reconocer, y puede ser una buena práctica, la que cada uno de nosotros creamos conveniente, también es preciso evitar discusiones, sobre todo, acaloradas, latinas, que puede ser error muy grave; o caer en una digresión o una autocomplacencia, lo es también; o administrar las palabras y hacerlo con un lenguaje demasiado académico; ……..
Hay más bien que mostrar lo que uno es básicamente, humano; sonreír, pero no reír; ser concreto, sin divagaciones; proponer claramente las cosas y asegurarse de que se es coherente en todo momento con lo que se pretende; …… dar ejemplo de esfuerzo y de cariño, de estar encariñado con lo que se hace, de amar lo que se hace y por quiénes se hace; nada de narcisismos vanos o ejemplos de otros años que puedan empequeñecer lo que podemos hacer -cada curso es diferente y aporta cosas diferentes- …….
———————————————-

Y sobre todo, dar de ejemplo de amor a lo que se hace, pero sin creer que es la única forma de hacerlo, ni la única ruta para llegar. Contagiar el propio enamoramiento, pero más que por los objetos de estudio, por las personas que estudian y que trabajan.
Sentirlo, sentir que es un gran trabajo, que es una gran responsabilidad y que es una gran satisfacción: facilitar condiciones para desarrollar espacios de aprendizaje es una gran labor. Tiene que importarnos más aprender a aprender, que aprender sobre esta materia. Tienen que ver-percibir nuestra ilusión por aprender. Y aprovechar todas las oportunidades que se manifiesten en el grupo de participantes que enfaticen en ese aprendizaje, en ese amor a aprender y a los demás .
————————————————-

Y si uno quiere enfatizar en el esfuerzo y en la acción consiguiente, ¿por qué no empezar haciendo cosas, en vez de hablando y divagando sobre lo que van a ser las cosas?. Primero, la mayoría de las cosas que se dicen el primer día “caen en saco roto” porque sólo son palabras, y a estas se las lleva el viento, o entran por un oído y salen por otro. Necesitamos hechos. Si queremos enfatizar en el esfuerzo, ¿por qué no empezar trabajando? ¿por qué no proponer tareas abiertas subsiguientes? ¿por qué no empezar a construir el edificio por sus cimientos?
Y es indudable sus cimientos son el esfuerzo y el reconocimiento.
Supongamos que propongo un tema de trabajo el primer día, y cuando recopilamos lo que se ha trabajado, me dedico a criticar algunas de las cosas que se han dicho. Resultado: se acabó el buen feeling del curso. Tengo que reconocer, y para reconocer nada más fácil que elegir lo que es reconocible. Claro, no voy a reconocer lo que no es reconocible o incoherente con lo que yo siento o quiero. Es muy fácil, sólo hay que engancharse de lo positivo, y dejar de lado las disfunciones de lo crítico.
Los grupos, las personas son muy sabias. No es preciso que un profesor les diga lo que está bien o mal, ellos lo saben tan bien como él y el esfuerzo de negar produce inmediatamente fenómenos de solidaridad con el negado, y reduce el efecto del ejemplo. Póngase en positivo, reconociendo el esfuerzo y tirando para adelante. Nadie se va a morir porque no se diga “la verdad”, porque hay muchas verdades posibles, de eso si estoy seguro.
—————————————–

Lo que yo llamo necesidad social está muy vinculada al esfuerzo, tal como indiqué más arriba.
Le concedo gran importancia a esa necesidad. Mis estudiantes trabajan en grupo sobre sus necesidades sociales, en ese primer día, sobre sus necesidades educativas, lo que les ha ido bien y lo que no, lo que les gustaría volver a encontrar o aquello que no querrían volver a vivir.
Esas necesidades expresadas en grupo representan muy bien lo que son las necesidades sociales realmente sentidas, o al menos se parecen mucho, en más de un 80%, si es que fuera posible saber exactamente cuáles serían las necesidades sociales desde una perspectiva educativa.
Es decir, si empezamos trabajando sobre las necesidades y preferencias educativas de nuestros estudiantes, estamos en el punto de partida para saber lo que sería muy positivo hacer y lo que podemos hacer. Un buen punto de partida, y además, el grupo de trabajo sentirá que no sólo es “su problema”, sino que es en gran medida “el problema social realmente sentido”, con lo que cual se hará más implicada su participación.
—————————————–

En mi modelo de innovación escasez-necesidad es el binomio que constituye el punto de partida de los procesos innovadores. El aprendizaje en sí es un proceso innovador, es un proceso de renovación, de deconstrucción de un conjunto, de un grupo o de una colectividad. Empezar por el análisis de lo que pasa, de lo que es, de lo que ha sido y por tanto, es experiencia compartida, es una buena base para construir proyectos que mejoren ese punto de partida.
—————————————-

Al mismo tiempo, el análisis grupal de la necesidad educativa-social nos permite construir unas bases de investigación bien fundamentadas para continuamente seguir renovando y replanteando los proyectos educativos en que nos embarcamos.
Y aquí además podemos ver que estos análisis al ser aproximaciones a análisis estructurales y globales, lo que nos permite es “trasladarlos” hacia otras experiencias bien educativas o de otros tipos . Pero siempre pensando que lo que ese punto de partida hay que renovarlos continuamente, aunque creamos que estamos en el mismo sitio, cosa imposible por otra parte. Siempre hay nuevas determinaciones y nuevos horizontes, nuevos retos y nuevas posibilidades.
—————————————

Entradas relacionadas

Un comentario en «Esfuerzo-ejemplo (primer núcleo)»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *