Ayer quedé con Tomás y Loli …. se han venido a un hotel a orillas de la ría de Ortigueira …. a pasar unos días y curiosamente, y sin pensarlo, han caído casi al lado de donde yo estoy pasando también unos días en casa de mi hija Eva.
Todo esto es muy curioso, porque coincidir en el sitio, en el momento y otras muchas cosas, no siempre es fácil … debe ser una posibilidad entre muchas, tal vez millones. Lo cierto es que llegaron ayer. Era un día muy propio de por aquí, oscuro, con nubes, habia habido una tormenta extraordinaria por la mañana temprano …. que nos había obligado a desconectarnos del mundo internet y de otros, por temor a que se estropeasen los aparatos. Los llevé a contemplar la puesta del sol, que desde donde estábamos parecía imposible que existiese, más que desde detrás de las nubes, pero no …. en el faro de Ortegal …. la puesta del sol era preciosa, una puesta del sol en el mar, de esas que no terminan nunca. Luego nos fuimos a tomar un pulpo, un poco de empanada y unos mejillones al Feliciano en Cariño. Lo cierto es que este día no estaban muy allá, pero supongo que el turismo trae tambien la mediocridad ….. y luego, nos fuimos al festival celta de ortigueira. Tomás decía que le parecía extraño. Había estado en los primeros años del festival, y por lo que me contó no había ni siquiera entrado en Ortigueira, villa, sino que se quedó en las dunas, en los pinos de la playa, que es donde se pasa mejor en el camping abierto y lleno de gente joven. Nos dimos un paseo de tres horas por allí, oímos a un grupo de rock celta bretón que era bastante bueno, y luego actuaba Celtas Cortos … que no entiendo muy bien que hace en un festival celta, pero supongo que hay interpretaciones para todos los gustos … y seguro que tiene algo que ver. Loli se enrolló con unos checos … que parecìan magos y que «hacìan» que una especie de bastón «se moviese», con un hilo que no se veía, pero que daba la sensación de que el bastón iba por su cuenta …. en fin … luego volvimos ….. a nuestros cuárteles de invierno ….. y hoy es uno de esos días que hasta los locales quieren ir a la playa, porque esta estupendo ….. un día claro que ya anticipaba el cielo estrellado de ayer ……
Por la mañana, me llamó Tito … y hablamos de su libro sobre la calle Vizcaya, que me gustó mucho leerlo y está muy bien escrito, así se lo dije. Tuvimos una reunión que es preciso repetir en el otoño …… estaba de acuerdo.
Recuerdos que no son recuerdos, sino vivencias inmediatas, pero que tienen recuerdos implícitos: el festival celta casi lo he visto nacer hace ya muchos años, y sólo el año pasado vine para volver a verlo, igual que mi amigo Tomás Villasante ha vuelto años después; ahora Tito y todos los amigos de la calle Vizcaya ya no son un recuerdo, sino una vivencia reciente, cuando nos reunimos en su casa el lunes pasado. ……