Añoro el mar y su brisa. Nunca me importó que la brisa se hiciera viento y el viento excepcionalmente galerna. Me hace bien sentir la brisa ….. esa brisa casi permanente que invade la cara y la limpia. Esa sensación húmeda y al tiempo renovadora de todas las penas.
En el interior no existe esa brisa, no es fácil el viento húmedo, no es fácil …..
Cuando no estoy bien del todo, cuando no me encuentro, pienso en cosas como estas, que me faltan.
Cuando nos sentimos de ese modo podemos hacer un ejercicio mental y sentirnos mejor, podemos visualizar la playa, el mar azul…. la arena dorada…..tumbarnos sobre ella y absorber su calor…. la energía del sol acumulada en los granos de arena penetra en nuestro cuerpo, en la espalda y la relaja…… es una sensación deliciosa….. el mar azul….. el cielo azul sin nubes….. el sonido del viento, el las hojas de los árboles. Escuchar el sonido rítmico y balanceado de las olas que parecen mecerse en el mar, percibir su salobre olor, seguro que si conseguimos pensar y concentrarnos nos sientimos mucho mejor, vale la pena pararnos y considerar que hay tiempos y tiempos. El tiempo natural de crecimiento de un árbol gigante puede demorar 50 años. ¿Cuánto tiempo necesitamos para crecer en madurez, en sabiduría y para conquistar el propio corazón? A veces una vida entera de 80 años es demasiado corta. El tiempo interior no obedece al tiempo del reloj y si ese «stop» es contemplando el mar mucho mejor.
Gracias por el consejo …. es muy apropiado. Precisamente estos días aprendí una forma de relajación como esa en unas clases de chi-kung, pero hasta ahora no se me había ocurrido pensar en una imagen del mar …. lo probaré.