Humor desarrapado, en parte marginal, y en parte, culto. La seriedad, el pitillo siempre encendido, y la copa a mano, eran obligatorios en la escena.
No es del todo el tipo de humor que me apasiona, pero tiene la virtud de hacer sonreir más que reir. Y hace muchos años que pienso que la risa no siempre nos ayuda, porque hasta perdemos el sentido de las cosas. La sonrisa se me muestra más inteligente, aunque algunas veces la risa sea inevitable.
«Ortopedias Fernández», habiéndolo visto muchas veces, me sigue haciendo reir a carcajadas.
Humor desarrapado, en parte marginal, y en parte, culto. La seriedad, el pitillo siempre encendido, y la copa a mano, eran obligatorios en la escena.
No es del todo el tipo de humor que me apasiona, pero tiene la virtud de hacer sonreir más que reir. Y hace muchos años que pienso que la risa no siempre nos ayuda, porque hasta perdemos el sentido de las cosas. La sonrisa se me muestra más inteligente, aunque algunas veces la risa sea inevitable.
«Ortopedias Fernández», habiéndolo visto muchas veces, me sigue haciendo reir a carcajadas.