Aprendiendo de la experiencia: Roles y correspondencias. Actores y setting para un proceso de autoaprendizaje

Aprendiendo de la experiencia: Roles y correspondencias. Actores y setting para un proceso de autoaprendizaje

Artículo publicado en Capital Humano (1998)

Vamos a presentar en este artículo dos de las cuestiones centrales de un proceso de aprendizaje en/de la experiencia y en los procesos implícitos de autoformación-autoaprendizaje y de desarrollo grupal. Estas son: la distribución de roles y la necesaria correspondencia entre práctica y teoría.

El aprendizaje en la experiencia parte de un supuesto comprobado consistente en que se es más eficaz en la enseñanza cuando esta nace de la necesidad y de la práctica. Aprendemos más facilmente cuando «tenemos necesidad de hacerlo»
Item más, se es más eficaz en el proceso de aprendizaje haciendo las cosas que aprendiendo conceptos y teorías sobre las cosas. De lo que hacemos nos queda una experiencia, una experiencia consciente o inconsciente de aprendizaje. Por desgracia, la mayoría de las veces «vivimos», pero noaprendemos de la vida: «el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra», dice el refrán.

Aprendemos lentamente, pero si aprendemos lo hacemos mediante la práctica y poniendo en práctica cosas que modifican nuestra forma de actuar. Las personas no aprenden en los libros, y los que tienen por criterio hacerlo así sólo acaban siendo «eruditos», «ratones de biblioteca» o simplemente «obsesivos» y perfeccionistas, que nunca dan por finalizado su proceso de aprendizaje. Los libros y la teoría y los conceptos son un sistema de refrendo, de contrastación, nos confirman lo que hemos experimentado, nos ordenan lo que hemos vivido, y si lo hemos vivido nos dan nuevas ideas para ver las cosas de manera más compleja.
Hacerlo así, en modo de enseñanza, es posible si el énfasis de la enseñanza se pone en la experiencia y no en la teoría. Y digo énfasis, que nadie me diga que estoy diciendo que la teoría no vale para nada. Sólo digo que la teoría es un saber acumulado, que contribuye a que tengamos memoria de lo que hemos avanzado, pero mucho saber acumulado es igual a alguien que sólo es una persona que «sabe» muchas cosas, cosas que van a servir para bien poco, para él y para sus semejantes. Me asombro que las carreras universitarias -especialmente las no experimentales- llenen los planes de estudio de «historias» y más «historias», cosas que sólo son útiles cuando se aplican a la realidad concreta y actual vivida. Sweezy formuló muy claramente esta proposición: «el presente como historia».

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