Sinceramente, me habían convencido, al menos superficialmente, que hacer las cosas por lo privado era mejor y el trato al cliente también. No es lo que yo he visto en los últimos meses. Mi esposa ha sido intervenida en un hospital público, ha estado una semana en una habitación buenísima, la he podido acompañar cuando quisiera, la atención médica y aún personal era excelente, hasta el punto de que le pusieron una hojita en la que podía elegir entre unos platos distintos la comida que quería comer al día siguiente, y también la cena y el desayuno.
Hoy he ido a un hospital privado semejante. Me tenía que hacer unos análisis. Tuve que esperar bastante, luego ni quién me atendió primero, ni la enfermera que me pinchó me dijo ni hola, y además, se les notaba enfadadas. Cuando salí, me fuí a la cafeteria y me clavaron cuatro euros por una tostada de pena, que por cierto no pedí -había pedido una barrita- y un café que acentúe que quería la leche calentísima -dado el problema de Madrid que la ponen siempre fría-, pues me la puso templada, como mucho.
Miren uds. esa es la diferencia. Sonrisas, buen trato y magnífica profesionalidad en el primer caso, en el público; malas caras, sin saludo, y hasta la tostada que no era la barrita que pedí y caro, en el privado.
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Calladitos, eso es lo que tienen que estar, después de habernos robado toda la inversión en el hospital, habernos quitado los médicos -no los mejores, porque los mejores no se mueven por dinero, sino por medios- y después de hacerse tanta propaganda, lo mejor que pueden hacer es CALLARSE, porque ni en calidad, ni en nada tienen comparación con una SANIDAD PÚBLICA.
En la sanidad pública se da una conjunción que es única: igual que en el gran mago de la medicina, lo importante es curar, y la pasión y la devoción es curar. El dinero no es el problema, como es en los privados, sino CURAR. ¿Cómo no van a ser mejores los hospitales públicos? NO hay duda. La única forma de hacerlos «peores» es quitarles los medios, como ha hecho el PP en los últimos años, pero aún así siguen siendo MUCHO MEJORES, muchísimo mejores, porque las cosas no se mueven por dinero, y si algunos médicos se mueven por dinero, no pienso que sean muy buenos médicos. Un buen médico se mueve por hacer las cosas bien, por curar, por atender, por recuperar a sus pacientes, por sentir su reconocimiento. El que se mueve por dinero no es más que un medicucho.