PROCESOS Y MÉTODOS PARA LA INNOVACIÓN Y APRENDIZAJE

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Hoy he terminado el segundo libro de la tetralogía METODOLOGÍA DE INNOVACIÓN Y APRENDIZAJE.

Si el primero se centraba en Los Comienzos, el segundo se adentra en los PROCESOS Y MÉTODOS: De la luna nueva a la luna llena, es decir, qué pasa después de montar el curso en los cuatro primeros días,

¿Qué pasa a partir del quinto día? ¿Cuál es el papel del método en la pedagogía alternativa que propugno? Los cuatro capítulos desbrozan el MÉTODO CIENTÍFICO y los espacios de aprendizaje, el segundo LOS BLOGS Y DIARIOS DE APRENDIZAJE; el tercero, el GRUPO DE TRABAJO Y SU APLICABILIDAD en el mundo en general y educativo en particular, y el último capítulo se centra en la variable dinamizadora: LA ACCIÓN, la Acción-Investigación y la DIVERSIDAD Y LA TRANSVERSALIDAD que vienen a ser sus complementos, y siempre hacia un modelo de AUTO-APRENDIZAJE en grupo, que viene a ser la única fórmula viable de auto-aprendizaje, hacerlo sabiendo cooperar y colaborar con otros.

Si, sin serlo, sin ser cineasta, siempre me han atraído los crepúsculos, las puestas de sol, sobre todo en el mar ….. son preciosas …. tienes un deseo total: seguir la estela del sol …. seguirlo hasta el infinito.

La rebeldía te regenera; en cuanto dejas de ser rebelde, es como si te paralizases ….. por tanto, he de concluir que la rebeldía regenera todo en uno mismo, te rejuvenece, te engancha a la vida. Hay que seguir siendo rebelde ….. sobre todo con el Estado y las instituciones.

La indignación puede acabar en un gran cabreo, que por supuesto, es lo que acaba siendo, un cabreo con la injusticia, un cabreo con las instituciones políticas y los gobiernos, y en general con todo. Te indignas y es como un estado de irritación general. La indignación no se cura si no se cura a medio plazo la injusticia y la discriminación. Por eso, la indignación ha de ser seguida de una gran reparación, de una reparación social, de una reparación de lo que ha sido transformado en corrupción, en discriminación y en injusticia. Sin el paliativo de la reparación o restauración, no hay indignación que se reduzca.

La escasez puede ser hasta mejor que la abundancia. La abundancia te paraliza, quieres eso que se dice: «que me quede como estoy». Estas realmente muerto en vida. Por eso, quienes hemos nacido en la escasez, los que no hemos tenido herencias monetarias ni posiciones sociales, hemos superado la escasez y nos ha servido de mucho haber sido humildes, porque la humildad o la depresión son fórmulas mágicas para ser uno mismo, al menos eso nos decía Melanie Klein. Superar la escasez es bueno para la salud a largo plazo, para la salud social y para la salud mental.

Muchas mejores llegan a ser un cambio; pero un cambio puede que no mejore nada. Las cosas van en el sentido de mejoras hacia el cambio, pero no al revés. En los países latinos siempre intentamos resolver las cosas al revés, provocando el cambio para a ver si las cosas mejoran, pero el cambio ni es posible en sí mismo, ni supone más que un error sucesivo. Se vende bien (Felipe González o Aznar fueron presidentes y por muchos años gracias a su propuesta de «cambio»), la gente lo compra, pero no es posible. Si uno quiere cambiar, tiene que saber que el camino se construye de pequeñas mejores muy continuas.

Los cambios nos empobrecen, son desiguales y discriminatorios. No son buenos. No sé porque los compramos, pero sí siguen haciendo efecto y los compramos. Mejor compraríamos paso a paso, verso a verso, como decía Machado. O como dice Simeone: un partido después de otro.

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