Estudiantes en huelga. A ver si cambiamos esto de una vez

58a8588dc1e9c.jpg

No conozco un estudiante que haya estado conmigo que no sea como diez o veinte veces lo que se piensa de él. Son extraordinarios, y necesitarían más profesores al menos buenos, como con los que conviví ayer mismo en la Escuela de Edificación de la UPM.

Y no hablo de mis estudiantes, de los que han estado en mis clases, sino de los estudiantes en general.

Todos «valen» (Decía Machado que «todo necio confunde valor y precio» y yo hablo de valer no de precios), valen diez veces más de lo que parece o son considerados. Me preguntarán por qué y yo les contesto, porque sólo necesitan un poco de libertad y un poco de sentimientos, de amor, como dice Rof Carballo. Con eso, y siendo lo que son, buenísimos, es bastante para que casi todos los días haya alguno que te asombre, y al cabo de un curso, casi todos te hayan asombrado alguna vez, y algunos muchas veces.

Por favor, no es un problema de calidad de los estudiantes, es un problema de horrible, lamentable, despreciable sistema de enseñanza. No es tampoco responsabilidad de los profesores, sino del poder y la cultura dominantes en un país de pandereta como éste, que mantiene al sistema educativo en la pre-historia. Todo se viene abajo, y todo es malo, porque este sistema nacional-católico-antidemocrático-discursivo-jeraraquizado-en definitiva, lamentable es posible porque no ha podido cambiar nada en casi 90 años, desde que lo intentaron con poco éxito, aunque con muchas ganas, en la II República.

Si a pesar de este sistema impresentable, todavía quedan profesores maravillosos, auténticos héroes que quieren innovar y los boicotean por todas partes; si además los estudiantes hasta sobreviven en esta bajísima calidad pedagógica -¿pedagogía del siglo XII o del XIII?-, es que son buenísimos. Toda la juventud es buenísima, pero si los decepcionamos con ejemplos lamentables no sólo de corrupción sino de «falta de ejemplos», entonces se dan a la droga, a la bebida o a echarse un polvo en la misma calle o en el asiento de atrás del coche que le ha prestado para el fin de semana su padre o su madre.

Y no me extraña, porque realmente y dadas las oportunidades y ofertas de empleo, para llegar a ser un «don nadie», un «mandao», sin voz ni voto, y saber y que nadie te pregunte, al final deterioras lo más importante que tenemos como seres humanos que es justamente la poca identidad que has conseguido aprendiendo a vivir, aprendiendo a aprender, ……

¿ES POSIBLE QUE ALGUIEN PONGA UN POCO DE RACIONALIDAD EN TODA ESTA LOCURA TOTALMENTE ANTIPEDAGÓGICA Y ANTIJUVENTUD?

¿Cómo es posible que el paro juvenil rebase con mucho el 40% de los que quieren trabajar y en algunas autonomías sobrepase con mucho el 50%? Esto es de locos. Y luego se emplea a gente preparada como «reponedor», camarero o cajero/a de un super. Estamos realmente enfermos y tenemos una «clase dominante» que es una merde. Al final, sólo queda ahora irse a Alemania, si es que estamos muy bien preparados y los que se van demuestran que son mejores médicos, mejores investigadores, mejores ingenieros que los mismos alemanes. Los que no estén muy por encima de la media alemana y además, sepan ese idioma realmente feo que es el alemán, no los dejan entrar. Tampoco en U.K., igual tampoco nos van a dejar en Francia, aunque Francia desde siempre se ha valorado por su capacidad de absorber a los mejores de otros sitios, sean pintores, músicos o dramaturgos o lo que sea, siempre que sean muy buenos. En fin, ¿o cambiamos la enseñanza dominante o nos morimos de feos?

No es un problema burocrático, ni tampoco es un problema técnico, es un problema cultural, social. Si no cambiamos y mucho en lo social y cultural, que no necesariamente en lo político, nunca conseguiremos un sistema pedagógico mínimamente avanzado. Sólo algunos ¿aventureros? harán cosas y nos tendremos que conformar con ellas, porque no hay otras. Pero el problema es cultural, y se está acentuando. El ejemplo de los políticos gobernantes, el ejemplo de los padres, el ejemplo de todos no es demasiado recomendable, cada día la gente tira más papeles en la calle y se queja de que los «barrenderos» no barren. ¿Será que hemos perdido el norte, el sur, el este y el oeste, todos al mismo tiempo?

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *