Aprender haciendo en grupo

APRENDER HACIENDO EN GRUPO: parámetros metodológicos

Parámetros de referencia estructural de nuestra metodología

1. El grupo, el grupo cooperativo
Es uno de nuestros énfasis, la cooperación sin olvidar al individuo.
Eso se fomenta con el trabajo cooperativo, grupal, en el que hay que prepararse todos.
Disponemos de muchos recursos en la “red”, como son las redes virtuales.
Debemos usar mejor el grupo debemos usarlo de una forma mas operativa, eso quiere decir: más flexiblemente, más generalizadamente, más en una cultura del “NOSOTROS PENSAMOS” que en la característica: “YO CREO”.
2.- ACTION-RESEARCH, acción-investigación. Esto significa “tirarnos a la piscina”, pero con flotador (método) y con supervisor (maestro, facilitador, orientador-tutor).
“Aprender haciendo” … “en grupo”. Aprender del error, lo que siempre resulta más fácil si lo hacemos acompañados de otros, que pueden mostrar otras perspectivas de los mismos problemas.
Esto es muy diferente al clásico “De la teoría a la práctica-ejercicio”, porque finalmente el punto de partida es la teoría, lo que la convierte en una especie de verdad a seguir y aplicar. Y no siempre es la mejor forma de aprender. Se aprende haciendo, investigando, enfatizando en la acción, en una acción que va vinculada a un aprender-investigar casi inmediato, pero en segundo término.
No sólo las metodologías propias del Action-Research, no demasiado integradas -hay que verlas en muchas fuentes para hacerse una idea clara de lo que significan-, nos pueden ayudar, sino que el ciclo de action-research tiene un fondo que es el método científico: pre, búsqueda, análisis, inducción, teoría o modelo explicativo, desarrollo, contrastación. Un buen ejemplo práctico del método científico lo encontramos en la ya famosa “Rueda de Deming”, aplicada en el mundo empresarial.
Disponemos de muchas herramientas internet para seguir y deconstruir el camino del action-research, como son los wikis o el “libro vivo”, que nos pueden facilitar el camino y que tal vez debíamos conocerlas al menos superficialmente y a través de esta misma experiencia.
3.- Hablamos de otro profesor: HABLAMOS DE UN FACILITADOR, DE UN ORIENTADOR, DE UN TUTOR que sigue teniendo la necesidad de saber mucho de contenidos, pero que deja que los contenidos se reconstruyan en el aula a partir de los propios estudiantes, que facilita los espacios, y luego estos crecen y él los acompaña, ¿cómo? adquiriendo algo que pocos profesores, y sobre todo, universitarios, tienen: metodología, saber lo que es antes y lo que es después, lo que es importante y lo que lo es menos, etc. etc.
Y además, facilitar recursos que dinamicen, que motiven al grupo de aprendedores, que en realidad somos todos. Renovar la importancia de saber observar activamente, renovar o instaurar la importancia de saber sintetizar, renovar la importancia de no sentirse conforme con lo que hemos hecho, sino que siempre queda mucho por hacer, pero sobre todo, aprender a escuchar y aprender a sintetizar. La escucha requiere respeto al más joven o al menos experto, requiere un respeto de verdad, no un respeto sólo a los que supuestamente saben, sino a todos y lo que puedan aportar. Esa escucha conlleva un reconocimiento del que es escuchado, del que el “profesor” atiende, y aprende con él. Por otra parte, hay que enfatizar en la síntesis, en saber sintetizar, ¿por qué? porque las sesiones no empiezan por la teoría, sino por la realidad misma, y se deconstruye la teoría, de tal forma que al final, es más que probable que el profesor tenga que a) relacionar lo aprendido por el grupo de alumnos con cierta teoría que lo corrobora y contrasta; y b) saber aglutinar a partir de lo dicho en el grupo, un discurso que integre y dé sentido a lo que se ha trabajado y dicho. A veces, no es necesaria ninguna de estas dos actividades, porque los grupos las hacen completas, pero siempre hay que estar preparado para completar los discursos de investigación y de inducción.
Esto permitirá otro tipo de profesor, un profesor que siente de la importancia de los otros, de lo que dicen o intentan decir, que acepta el error y lo transforma en oportunidad, que se siente partícipe de un proceso global en el que él también aprende y hasta más que los que constituyen su grupo de estudiantes.
Pero también el profesor ha de ser capaz de desarrollar su identidad, de conocerse más y más a sí mismo, como plataforma para conocer mejor a los otros, y poder “anticiparse” mínimamente a lo que van a manifestar como necesario. Un profesor ha de caminar hasta ser un maestro, y un maestro es una persona con identidad, que sabe dónde vive, que sabe lo que quiere, que se construye y reconstruye todos los días.
Ahora bien, la identidad no se forja de un día para otro, y existe un recurso básico que normalmente no utilizamos ni siquiera para estos objetivos, que es la escritura (leer la aportación de Miriam). De ahí la importancia de escribir todos los días, de tener un diario o una bitácora o un blog, donde vertamos libremente nuestras reflexiones sobre lo que nos ha funcionado y por qué, y lo que no nos ha funcionado y por qué, si es posible determinarlo. El blog es un instrumento de primer orden, y entiendo que lo es también para los estudiantes. Nos permite ir construyendo nuestra vida y sobre todo, no dejarla toda en el caos de nuestras mentes, sino que las vamos vertiendo en un papel o en una entrada de blog, que nos permite reducir el caos en nuestro ser, y concretar nuestros problemas y aprendizajes, escribiéndolos. Al tiempo, es terapéutico y nos “crea” identidad. Y esa identidad, que también tenemos que fomentar en el estudiante, permite ser maduros, responsables, serios, trabajadores y sobre todo, sociales, es decir, democráticos, respetuosos de la libertad del otro, más positivos y más participativos, más de búsqueda de alternativas, y lo que aún es más importante: reduce nuestros miedos.
5.- Recuperación de la memoria y los maestros. Este es por ejemplo el sentido que tienen mis citas-píldoras de principio de un espacio de aprendizaje: se trata de consolidar que no somos los primeros en decir muchas cosas, sino que tenemos que saber poner en el hoy esa historia. Decía Sweezy: “el presente como historia”.
Y para ello es preciso que tengamos en el hoy, en el aquí y ahora, aquello que otros ya hicieron o sabemos que hicieron. De ahí por ejemplo que muchas veces es más importante volver a un mismo texto que ampliar la tarea de los estudiantes, y leer muchos textos diferentes. No es que no sea bueno ampliar la biblio, sino que en algunos casos puede ser bueno, pararse y recuperar lo avanzado, que ahora tendrá ya “otro color” y otras cualidades. Al mismo tiempo, el respeto a los maestros es un principio que se transforma en el respeto del profesor-facilitador de alguna forma.
6.- Y un último aspecto, aunque ya implícito en el resto del discurso: tenemos que aprender que lo realmente difícil e importante no es enseñar pasado a los chicos y aprender del pasado, sino enseñarles a conocer el AQUÍ Y AHORA, donde encontraríamos todas las aportaciones del pasado-historia y encontraríamos igualmente a partir de ese análisis diagnóstico del aquí y ahora, muchas de las posibilidades de lo que serán las cosas en el futuro.
Otro de mis maestros, Sampedro, decía: el futuro está en germen en el presente. Y estoy seguro de que es así. Saber donde estamos es en parte saber lo que puede pasar, o al menos, el abanico de posibilidades que son “posibles”.

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