Hoy hablé con un trabajador fijo de una gran multinacional. Venía a conservar algo por lo tengo que pagar una cuota.
Tuve que firmar en una especie de móvil para que él pudiese demostrar que había llegado a mi casa (primer control), luego tuve que firmar cuando se marchó (segundo control) y finalmente me dijo que en su vehículo había una caja negra que igual que la de los aviones, iba contando todo lo que hacía. Sólo les faltó un satélite para controlar lo que hacía en su casa. Lamentable, lamentable, indignante.
Pero como me decía, todavía tiene trabajo y fijo, munudo privilegio, cuando tendría que ser un privilegio para su empresa tenerlo a su servicio, aunque sí decía también que cuando tuviese más de cincuenta seguro que no podría seguir el ritmo que les marcan. ¡Empresarios! Sean de donde sean. En este caso, alemanes.