Aburrimiento, en todo caso

»La clase especial de aburrimiento que sufren las poblaciones urbanas modernas está íntimamente relacionada con su separación de la vida en la tierra. Esto es lo que hace que la vida esté llena de calor, polvo y sed, como una peregrinación por el desierto. Entre los que son lo bastante ricos para elegir su modo de vida, la clase particular de insoportable aburrimiento que padecen se debe, por paradójico que esto parezca, a su miedo a aburrirse. Al huir del aburrimiento fructífero caen en las garras de otro mucho peor. Una vida feliz tiene que ser, en gran medida, una vida tranquila, pues sólo en un ambiente tranquilo puede vivir la auténtica alegría.»

Bertrand Russell

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4 comentarios en «Aburrimiento, en todo caso»

  1. La vida, ya lo creo, es básicamente aburrida, y de bajo contenido cultural. Esto lo añado yo. Los urbanitas son menos ilustrados que los rurales, sin duda. No saben nada de casi nada, excepto de aquello en lo que están especializados, en futbol y en algun otro deporte que hayan practicado o vean por la televisión sin haberlo practicado nunca. No conocen, ni sienten, por ejemplo, el cosmos, el cual no se ve en una ciudad, sobre todo,si es una ciudad grande; no conocen la naturaleza, nada más que a través de El Retiro o Casa de Campo de cada gran ciudad; conocen muy poco a sus vecinos, a sus inmediatos; se van quedado poco a poco sin familiares, porque lo nuclear es eso precisamente; y para no hacerlo largo, no se conocen demasiado a sí mismos, porque para esto uno necesita tener tiempo para reflexionar, y sobre todo, como dice muy bien Russell, un lugar para hacerlo, una tranquilidad que no se respira en la gran ciudad, porque lo que priva es el stress. No se puede disfrutar de las muchas cosas que uno puede hacer o aprender, porque siempre hay prisas. Como decía el gran poeta gallego, Ferreiro, «teño presa de ter presa».

    Esto último se siente mucho más cuando se cruza el Atlántico. Es cierto que en las Europas, no se siente tanto la prisa, aunque sin duda, la hay, como las meigas; pero cuando cruzas el charco todo son prisas, no hay tiempo para nada. Vas a comer o a cenar, inmediatamente te están preguntando que vas a beber, sin siquiera saber lo que vas a comer; el camarero está tan encima que tienes la sensación de que tienes que elegir ya, inmediatamente; suele ser rápida la respuesta en comida por su parte y cuando terminas, sientes que tienes que pedir la cuenta …. porque ya no tienes nada que hacer allí ….. es impresionante la tensión que se respira hasta para algo tan placentero como comer. Ya no digamos cuando coges tu coche e intentas regresar a casa, y «te invade» un tráfico que parece el juicio final. Todos tienen prisa, y como el poeta me pregunto, por qué tienen prisa, si cuando lleguen adónde lleguen no llegarán a ninguna parte, ni tendrán tiempo para saber lo que han hecho o disfrutarlo con la memoria ….. Demasiada prisa ….. ¿es posible pensar con prisa? En mi opinión, no …. al menos, yo no.

  2. Es magnífica la idea de Russell de que los ricos se aburren del miedo a aburrirse …. es como una huída hacia adelante, lo he notado más de una vez …. huyen de ese miedo y también, y como es lógico, huyen hacia adelante para que no les roben lo que tienen, su propiedad …. porque cuanto más prisa hay en la sociedad, más criminalidad hay, y más probabilidades tienen de ser robados …. con lo cual nunca pueden descansar tranquilos …. Mejor no tener nada …. o muy poco.

  3. Llegas a Florencia, por ejemplo, o a Roma, y te encuentras con una gran multitud que se ha levantado mucho más temprano que tú y que forma colas inmensas para ver lo que ya has visto mil veces, alguna directamente, y las otras en google imagenes. Viajas para encontrarte con paisajes que ya has visto. Entiendo lo de verlo por segunda, tercera o enésima vez, porque igual que la música, ver cualquier forma de arte, te permite disfrutar a cada vez más intensamente. Pero no entiendo que eso te lleve a una multitud que mira la Monalisa y que tú necesitas empujar a muchos para conseguir verla con la cabeza de alguien en el medio. La simplicidad y especialización a que nos llevan las grandes ciudades y sus museos son esto que indico y mucho más.

  4. Supongamos que quierer leer una novela, y no tienes información (es decir, no te han vendido tal título por una crítica siempre favorable que te incita a comprar cualquier cosa, porque lo que se trata es de vender, no de informar), entonces te atreves a entrar en una libreria al uso. Casi no hay librerias que se puedan llamar tales. Los libreros están muertos, eran esos tipos que cuando hablabas con ellos te informaban de loque habían leído y te recomendaban. Luego, llega un punto enque te hacías hasta amigo suyo, y era todo confianza: una maravilla. Ahora te encuentras con un vendedor de libros, que no tiene ni idea de lo que vende, y además, es una mercancía más, no tiene cualidades. Esta más pra cobrarte y para que compres, que para ayudarte a comprar. Y esto aún en librerías modernas e ilustrdas …… Un aburrimiento mas lo que era un gozo.

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