«Empezar exponiendo una cita, antes que nada, supone una invitación al silencio en medio del ruído y el alboroto habitual al inicio de la clase. Más allá del contenido de la cita, o lo que quiera sugerirnos, pronunciar unas palabras, con sus debidos ritmo y entonación (*), se convierte en una llamada a la reflexión y contemplación de uno mismo ……

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