«Hoy no interesa progresar, sino tener éxito. No espero encontrar al hombre perfecto. Me contentaría con hallar a un hombre de principios. Pero es difícil tener principios en estos tiempos en que la nada pretende ser algo y lo vacío pretende estar lleno»
1. No interesa progresar, sino tener éxito ….. por desgracia, como ha sido siempre. Los que quieren progresar siempre están «tapados», oscurecidos por los que tienen éxito. El éxito se cifra en la sociedad actual -y hace mucho- en tener las arcas llenas o dictar órdenes desde un pedestal o cátedra -y hacerlo de tal forma que los que te quieran escuchar, te escuchen y repitan, o lo que es lo mismo, decir cosas que estén de acuerdo con los poderes establecidos-.
2. No espero encontrar al hombre perfecto. No necesitamos el calificativo, necesitamos hombres/mujeres o mejor un mix. La perfección casi siempre nos ha llevado a la tiranía ….. mejor conformarse con sentir a los demás ….. y actuar en consonancia y con alguna contradicción. Nada de perfecciones, pero nada de imbéciles queriendo hacernos comulgar con ruedas de molino.
3. Un hombre de principios, dice Confucio, que raro. Muchos hablan, hablamos, de principios, pero ¿los practicamos? ¿somos coherentes con lo que predicamos?. Temo a los que hablan demasiado de principios ….. como ocurre muchas veces, aquello de lo que se habla es porque falta, bien en nosotros o bien en los demás.
4. «Nada pretende ser algo». Por ejemplo, el dinero, ¿alguna vez fue algo? bueno, lo fue cuando era oro o plata o bronce, hoy no es más que un pagaré de un banco central o reserva federal que «no vale nada», pero ellos, que lo han creado, nos obligan a utilizarlo para todo. Es nada: ha acabado en nada, en un papel timbrado, en un apunte contable, …. y ¿lo es todo? o mejor, pretende ser algo y hasta todo. Por eso, el dinero que es un vacío «pretende estar lleno»
Hasta las palabras y los giros son apropiados por el sistema. Por ejemplo, la palabra progreso significaba cosas diferentes hace años de lo que es hoy, más bien en manos de la derechona económica, del sistema. Sigo pensando que es preciso seguir utilizando los mismos vocablos, aunque los confundan los que se han apropiado de ellos. Progresar no es lo que nos dice que hace el sistema capitalista. Mal que les pese, sólo son capaces de regresar: ¿cómo es posible que con los recursos técnicos y científicos que hoy tenemos, haya más hambre, más pobreza, menos oportunidades y trabajemos las mismas horas o más que en el siglo XIX la Inglaterra de la revolución industrial? Venga, que alguien del sistema me lo explique sin negar la mayor, que es cada día más evidente.
Éxito si ha sido siempre algo que se ha apropiado el oportunista, el salvaje, el agresivo, el Gengis Kahn de turno, …. y por tanto, es INHERENTE al capital y a sus desarrollos. «Tener éxito» es de derechas, de siempre.
No tiene éxito un investigador, sino que descubre algo, pero también descubre que hay muchas preguntas por investigar y continuar con el trabajo emprendido. Si te «llenan de éxito», por ejemplo, dándote un premio, como el Nóbel, ya estás enlaurado y te paras …. la abundancia rompe el saco, decía el refrán. El premio es la expresión más «sublime» (sic) del capitalismo: todo lo tiene que valorar, a todo le tiene que poner un número, del uno al ……, todo lo tiene que jerarquizar, para que así sea ejemplo para todos. Y muchos, por razones muchas veces incomprensibles, no son considerados «exitosos», son marginados, sobre todo, aquellos que siendo de verdad seres humanos, y pensando en términos de los demás seres humanos, pueden resultar demasiado peligrosos para el sistema como tal y sus pseudoprincipios.
La supuesta perfección también es un producto del sistema capitalista: ser el mejor, casi como algo natural -¿como el mercado de Friedman y Hayek, de los neoliberales?-. El modelo es superman o superwoman, pero siempre no sólo el mejor, sino el héroe que nos salva: ¿estarán hablando de un dios? Puede ser, no voy a entrar en ello. Me da lo mismo. Lo que me preocupa es la perfección. Las religiones han hecho mucho daño con su búsqueda de la perfección: con muchos a los que santifican por buenos o por ser ejemplos de perfección. La perfección casi siempre conduce a la discriminación y la xenofobia y otros desprecios tan propios de este capitalismo de nuestros amores. Veamos Europa como conjunto, y los países de la UE individualmente, y percibamos lo que es posible llegar a discriminar. Miremos a ese bruto de Trump, que está tan cerca de llegar al poder de los USA, ¿qué no estará dispuesto a hacernos o a mentir para hacerlo cuando tenga el poder?. Una cosa es pensar en mejorar y otra pensar en ser perfecto o buscar la perfección. Esta no sólo no es posible, sino que nos impide pensar humildemente y por tanto, pensar. El pensamiento parte de querer saber, pero no de querer excluir; el pensamiento está intimamente vinculado con nuestras formas de ver el mundo y las personas.
¿Por qué el capital habla tanto de principios, de valores? Sencillamente, porque no los tiene, pero sin embargo, nos obliga a comulgar con su mercado endiosado y sus corporaciones y capitalismo financiero global. Hablan, hablan, hacen hasta masters sobre el asunto, y siguen hablando de valores, escriben y vuelven a hablar y a escribir ….. Entiendo que les faltan tanto que tienen que ocultarnos sus deficiencias y siguen hablándonos de aquello que no sólo no tienen, sino que es imposible que aspiren. Quién pone el poder o el dinero por encima de todo, no tiene más «valor» que las cantidad, el dinero y la subordinación de los demás. Y el Capital no puede más que poner el dinero ante todo, porque como su nombre indica sólo es capital = dinero = poder económico-político-social.