Un estudiante de hace dos años, Aldo, me ha llevado a meditar sobre esta frase de John Donne
«Nadie es una isla, completo en si mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti»
John Donne