Acción y aprendizaje

Acción-aprendizaje

“Más se aprende sobre las personas actuando con ellas una hora que conversando un año” (Platón)

Realmente, conversar por conversar no es mi mayor afición, sino pensar conversando o conversar mientras se hace …. sobre todo esto, porque es lo que nos lleva a una acción más concentrada, reflexiva y “productiva”.

Un ejemplo importante es hacer la comida con alguien querido ….. aporta multitud de aspectos que te renuevan no sólo por el asunto -la comida- sino por compartir lo que te hace vivir. Se suele decir que en la cocina uno sólo, pero no estoy de acuerdo. No sólo se aprende de algo tan importante, sino que se te ocurren muchas cosas y reflexiones, y todo puede ser objeto de gracias y hasta de baile y canto.

Actuar es terapéutico y aún encima resuelve un problema o varios. Lo malo es cuando el actuar es reportar informes burocráticos, la mayoría de las veces innecesarios. Parece que siempre queda algo por entregar ….. es poco satisfactorio.

Parece que los burócratas, también llamados alexithímicos, tienden a no hacer, y por eso tal vez nos estropean tantos días de nuestras vidas buscando cosas inútiles, pero que alguien pide, aunque lo tenga en sus narices. Encuentran todas las formas posibles de “hacerte la vida imposible”, cosa muy diferente a actuar y pasarlo bien.

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4 comentarios en «Acción y aprendizaje»

  1. Doy una razón más para hacer y aprender haciendo. Pues bien, haciendo se aprende del error que es probablemente la mayor y mejor fuente de aprendizajes. Claro, siempre que se sepa aceptar el error, analizarlo e intentarlo de nuevo … y pensar que es probable que podamos volver a equivocarnos y a tener nuevamente la oportunidad de aprender.

  2. Me encanta escuchar, me encanta hablar, me encanta tener una buena conversación …… aunque pocas veces se aprende algo …. tal vez por eso de que las palabras se las lleva el viento …. o por otras razones ….. cuando aprendo algo en una conversación, inmediatamente lo escribo y lo ubico en un sitio como éste y así puedo compartirlo. Me gusta compartir lo que aprendo, sea nuevo o sea algo que recuerdo …o que le veo otra perspectiva.

  3. Uno de los tremendos problemas que genera el Estado es la burocracia y los burócratas, con sus aliados los políticos y los media, haciendo un conjunto. Son el Estado …. aunque no sean la razón de ser del Estado, sino sus acompañantes necesarios o quienes se aprovechan de las ventajas de los poderes estatales. La burocracia es tremenda: es la conservación en sí misma, lo que llamaríamos la regresión social en su estado más puro.

    La división burocrática por funciones -funcionarios- es ineficaz, despilfarradora y en gran medida, desquiciante para el pobre ciudadano que es quién la paga. Se convierten, institucionalmente y a veces, personalmente, en «seres superiores», personajes que están por encima del bien y del mal y que disfrutan poniendo dificultades y límites a los que quieren hacer algo. Se dice: Díos los da y ellos se juntan …. nunca más adecuada la cita. Han construído una institución cerrada, defensiva, en la que las opciones de transformarla son plenamente utópicas. Nos gustaría, pero no podemos. Los políticos que quieren cambiarla, no pueden; las críticas pasan de largo; los análisis y proyectos de reforma son imposibles. Ya sé que lo que digo es muy duro. Pero denme un ejemplo de lo contrario ….. por favor. Siempre he estado muy cerca de la necesidad de tener un instrumento-institución dirigente que sea realmente democrática y que nos ayude a resolver los muchos problemas que todavía hay que abordar. Pero una cosa son las ideas y otra las prácticas. El Estado crece y engorda sin cesar y como un pantagruel nos va tragando …… sin devolverlos ni siquuiera la mitad de lo que aportamos. Otro día seguiré con «políticamente incorrecto» en los ambientes progresistas.

  4. Y lo que más caracteriza al Estado es que no construye; sólo tiene capacidad para destruir (ejército y orden público) y para ejecutar-cobrar (hacienda-tasas-multas) y hasta nos obliga a ponernos el cinturón en el coche o a limitar nuestra velocidad, por nuestro bien, porque «nos cuida». Hay que echarle cara.

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