Integrando y desarrollando grupos
Etapas y puntos más importantes en la implantación de esta metodología grupal:
1ª Etapa: Diseño y puesta en marcha ( las primeras clases son básicas).
Esta fase es fundamental y hay muchas veces que a esta etapa no se le da importancia. Al principio hay que ser cauto y mantener unas pautas de comportamiento:No hay que olvidar que es un grupo de personas que no se conocen, aunque lo parezca. No puede predominar la confianza, siempre hay que hacer como si se empezara de cero.
Para generar lenguaje común, es preciso crear un espacio para intercambio sobre la tarea principal, que sirva para el encuentro o reencuentro de los participantes, es decir, para el conocimiento o para el re-conocimiento de los mismos.
Desarrollar conocimiento mutuo y lenguaje común (poder hablar y ser entendido). Los intereses pueden ser diferentes, pero lo que quiero hacer con mis alumnos sí es importante ¿qué quiero yo hacer?. No olvidemos que saber hacia donde se va, hace menos importante de donde sopla el viento. Cualquier viento puede ser favorable si sabemos lo que queremos. Al mismo tiempo que desarrollamos un lenguaje común nos estamos conociendo.
Lo importante no es presentarse, sino ponerse a trabajar sobre un tema, llegar a la primera reunión con un proyecto, saber a dónde vas y saber cómo eres tú y cómo vas a comportarte con el grupo que vas a trabajar (establecer un sistema de valores). Es fundamental que no haya crisis entre lo que postulas y lo que eres. En eso consisten básicamente los valores, en sistemas de coherencia y transparencia.
Si tu confías en el grupo, éste va a hacer lo que tu quieres (es una cuestión de tener paciencia, de saber contenerse, no hay que esperar resultados inmediatos). No es que vaya a hacer tu voluntad, sino que va a comportarse como te comportarías tú si tuvieras tiempo para pensar bien las cosas. El grupo contiene casi pre-conscientemente un alto nivel de racionalidad y de inteligencia. Podemos confiar básicamente en su proceso y resultados.
El principal problema de los grupos, al principio, son los emergentes grupales, que resaltan porque el grupo todavía está por consolidar, y suelen manifestar el liderazgo del mismo en esos momentos. El emergente puede acallar el grupo, y “echarle un pulso” al líder, de tal forma, que podemos jugárnosla si no sabemos “trabajar” las emergencias. Si queremos aislarlas o si las criticamos, normalmente entramos en el juego, y reducimos nuestras capacidades y potencialidades. Tenemos que saber cortarlas a través del mismo grupo. En vez de entrar al juego del emparejamiento con el emergente, hay que preguntar al grupo sobre sus opiniones, de tal forma que sea el grupo el que ponga al emergente en su sitio y lo reintegre a la tarea.
2ª Etapa: Desarrollo y consolidación del grupo.
Todo grupo tiene un comienzo y se produce un proceso de selección a través de la tarea.
El desarrollo del grupo sienta las bases de su duración. Lo importante de los proyectos son los objetivos. Desarrollar un grupo es tenerlo ocupado en distintos proyectos y objetivos y que a la vez tengan responsabilidad con el grupo. Proyectos interrelacionados y que unos dependan de otros. Hay que conseguir la expansión del grupo a través de proyectos cruzados. Las personas tienen una tarea que no vale con eso, hay que mantener una metodología en la reunión, ver cómo van los proyectos, qué se está haciendo.
Cuando no hay tarea se produce desmotivación y vuelve el emergente grupal. Tienen que estar ocupados, la tarea es el gran “ sublimador”: la tarea te hace importante.La calidad del proceso es decisiva, mantener una dirección que piense constantemente en términos de la calidad de lo aportado, es central. No importan tanto los resultados, como la calidad del proceso, aunque por supuesto, es bueno combinar calidad y resultados.
Los espacios de comunicación hay que cuidarlos para que sean vivos. El líder tiene mucha importancia a la hora de mantener vivo el espacio de comunicación. La comunicación tiende a reducirse a formatos de emparejamiento, por lo que es preciso mantener la transparencia. Para ello contamos con las observaciones; éstas nos permiten sintetizar lo que hemos avanzado y mantener informados a todos, incluidos los que no han participado.
Hay un punto en el que están maduros los proyectos, si se acaban, el grupo no funciona. Hay que encontrar otra razón para dar continuidad al grupo. Si el proyecto se agota hay que cerrar el grupo, o bien iniciar un nuevo ciclo, un nuevo ciclo, basado en nuevos proyectos y en nuevas perspectivas y horizontes, si es posible, que incida sobre las mismas posiciones estratégicas del horizonte inicial.
Terminación del grupo
La mayoría de los grupos no resisten más que un ciclo de trabajo, o como mucho dos. Es mejor renovarlos, para manteniendo un “núcleo duro”, seguir en el proceso de innovación. Las formas de revitalización son siempre el análisis de lo real y la reconsideración de los proyectos, nuevos retos, nuevos compromisos, nuevo proyecto, a través de las necesidades reales del objeto de trabajo o de estudio.
No conviene forzar la existencia de los grupos, cuando ya no tienen tarea. Si la tarea es regeneradora y terapéutica, no podemos pretender mantener el grupo sin tarea o sin tarea adecuada. Por eso, se necesitan ciclos de transición, que nos permitan entrar en situaciones de “incertidumbre”, que suelen ser creativas, y en las que se buscan nuevos horizontes para el grupo.
Los horizontes no están consolidados hasta que no son aceptados. Los que los aceptan, más los nuevos, construyen un nuevo grupo y a partir de ahí, nuevos compromisos y objetivos.Integrar a miembros:Cualquier ciclo sea el que sea necesita incorporar a principiantes, y siempre es una labor fundamental. Según se integren así trabajará el grupo. Tenemos que cuidar especialmente la entrada de miembros nuevos.
Es preciso darles tarea desde el primer momento, y lo mejor es que se inicien en el papel de observadores, e inmediatamente, sin más dilación, se les incorpore a la tarea principal, si es posible en términos grupales, para que “adquieran” el lenguaje del grupo.
No se puede integrar a nadie, sin una adecuada introducción de tipo desarrollo-formativo, una introducción que les “inicie” en las metodologías y cultura grupales. Aún así no podemos esperar que con un proceso formativo se consigan plenamente los objetivos de integración, por lo que es preciso cuidar el proceso de integración real en el grupo, a través de su propia dinámica, y sin alterar el ritmo del mismo.