Ley Wert: sin proyecto pedagógico (y 5)

Si, aún viendo tantos dislates y regresiones en una ley, como la LOMCE, lo peor sin duda, lo peor sin ninguna duda, es que no hay ni permite desarrollar un proyecto pedagógico.

Es tan regresiva que ni siquiera tiene en cuenta algunas cosas que hemos experimentado y que son evidentes, y que en gran medida nos hacen una excepción por abajo en un plano pedagógico.

Todo lo que he venido comentando y criticando en los cuatro posts anteriores viene a decirnos que si esta Ley Wert nos hace daño es porque está en la lejanía de lo que es hoy un proyecto pedagógico mínimamente innovador: lejísimos, lejísimos ….. y buscando objetivos contrarios a lo que sería razonable intentar buscar.

Hoy no se entiende un aula sin un proyecto pedagógico, pero como lo va a tener la ley Wert si intenta regresar a los dogmas, a lo autoritario, al control y supervisión, …. en lugar de caminar hacia el conocimiento, la experiencia, la vida, la libertad y autonomía, la participación y hasta la sociedad ……. El conocimiento se convierte en técnicas al servicio de sobrevivir o ganar dinero (otros), se relaciona con verdades con mayúsculas, y nos convierte en robots de las máquinas que representan al capital; la experiencia no se valora, la vida no se valora, sino la teorización (con cinco o diez años de retraso, a veces, más), la generalización, la ideología, los supuestos sin contrastación, las cosas ¿definitivas?, cuando sabemos que mañana serán otras verdades que a su vez serán superadas por otras y así; el conocimiento además se vincula de forma sucia y contradictoria con los dogmas, y estos predominan (si el conocimiento y la experiencia van por un lado y «contravienen» los dogmas, predominan los dogmas, como en la edad Media); es más importante el control y el poder arbitrario -en el que también «recuperamos» la «autoridad» del profesorado- que la autonomía y la libertad, y la idea del XIX de colegios-cárceles se ve acentuada desde el plano de lo inconsciente y del marketing, que de forma subyacente «nos acaba» convirtiendo en seres robotizados y en manos de la autoridad económica o política que ellos crean; la pérdida de autonomía y libertad en el aula -hasta los límites de muchos exámanes, continuamente renovados, más pasar lista y obligar a ir a clase, porque si, o fragmentar las notas en pasitos de 0,5 puntos por hacer o por saber tal o cual cosa- que redunda en un aburrimiento generalizado, dónde la disciplina y el sometimiento a lo que hay que hacer, a lo que es, a lo que no se puede evitar, está cada vez más presente. Y mucho más.

Hoy, aprender es hacerlo con otros, hoy, aprender es vivirlo y experimentarlo y luego traducirlo y generalizarlo; hoy, aprender es vivir y convivir, participar, aprender a trabajar con otros; hoy, aprender es hacerlo casi sin darnos cuenta, viviendo espacios de convivencia, con otros y con la naturaleza; hoy, aprender es sentir profundamente la importancia de seguir aprendiendo, de seguir viviendo, de renovarnos y de innovar o hasta reinventarnos continuamente; hoy, aprender es …… otra cosa que lo que plantea una ley tan regresiva como la LOMCE.

Hoy también aprender es valorar la experiencia, la de cada uno de los participantes, siendo ésta un fermento de un conocimiento compartido y participativo. Hoy también es hacer, es cambiar, es aprender para algo, para hacernos mejores para con el otro, aprender a dar, aprender a compartir, aprender a participar, aprender …. en definitiva.

Hoy, aprender no es estar encerrado en un aula; hoy, aprender no es tener que escuchar un discurso de una hora o más y tomar apuntes; hoy, aprender no es memorizar unos apuntes o manuales para «devolverlos» en formato exámen; hoy, aprender no es necesariamente ir a clase; hoy, aprender no es ser el número uno o el premio extraordinario; hoy, aprender no es escuchar a uno o a varios, sino aprender a escuchar activamente, y saber que el primero que ha de escuchar o saber escuchar es el profesor; hoy, aprender no está sólo en los libros, sino en muchas otras fuentes, y la mayoría son vitales, experimentales, iniciativas, emprendimientos sociales, búsquedas de lo mejor intentándolo siempre ……

Esta ley no sirve para todo eso porque «encasilla» el conocimiento, al profesor y al alumno. Lo encierra en un aula, en su individualidad, en su búsqueda de destacar y ser el mejor, en su egoismo, y sigue separando conocimiento y experiencia, sin ninguna razón, sólo porque el conocimiento se parece más a un dogma que hay que aprender de memoria y representarlo en un exámen que una parte substancial de un proceso inacabable de aprender y seguir aprendiendo, sobre todo, aplicando lo que se ha aprendido en la experiencia y mediante la reflexión que conlleva el conocimiento.

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Para que seguir. En la ley Wert parece como si nos metiéramos en las tinieblas de un Ramiro de Maeztu o similar …. y que me perdona lo bueno que puede tener la pedagogía de Maeztu. Lo que quiero decir, es que nos hace regresar a planteamiento muy anteriores ya no a la Revolución francesa y la escuela pública, sino de la Ilustración o del Renacimiento o hasta de las instituciones monacales de la edad Media. No, es mucho más primitiva, porque nace en un tiempo en que supuestamente muchos pensábamos que era imposible no tener en cuenta todo lo que ya hemos avanzado ….. aunque nos queda mucho por hacer.

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4 comentarios en «Ley Wert: sin proyecto pedagógico (y 5)»

  1. No me gustan los proyectos pedagógicos que vienen empaquetados …. bien por una centralidad o bien por una moda u otras formas. Un proyecto pedagógico se hace posible a partir de la experiencia de los profesores y de los estudiantes, y en ese sentido, precisa de una acción-investigación significativa y que tienda a conformar o sugerir formas diferentes de abordar espacios diferentes.

    Un proyecto pedagógico no es seguir a uno u otro pedagogo famoso o de moda, sino compartir experiencias, analizarlas en grupo, y sintetizar un proyecto que no se trata de un plan, sino de un proyecto. Y entiendo que es un proyecto tiene horizonte, tiene valores conscientes y tiene un plan de trabajo y de abordaje de los temas. En mi opinión, sólo puede nacer y orientarse a la realidad en la que vivimos, y en esa realidad está cada profesor en su caso, cada materia y su actualización, el conjunto de participantes y sus niveles, la sociedad en ese momento y la institución en la que se convive. Cuando hablo de participantes, entiendo que también los padres o tutores son participantes en alguna medida de este proyecto. Y cada proyecto, además, ha de saber renovarse como máximo cada dos o tres años, para mantenerlo vivo, actualizado, …. un proyecto que conlleva un plan que sencillamente repite lo del año pasado, es un gravísimo error. Estos errores precisamente tienen que hacernos comprender que podemos hacer algo diferente allí dónde hemos errado y que eso no sea un parche, sino una parte de un conjunto que es el proyecto a aplicar.

  2. Veo a mi alrededor mucha gente despistada, que o bien se queda en el mismo sitio y se repite y repite; o bien se nutre cada año de modas …. que no siempre están en relación con su espacio de aprendizaje …. La moda, en mi modesta opinión, casi nunca está cerca de la necesidad, sino que crea necesidades la mayoría de las veces superfluas o interesadas, de esas que se venden y hay siempre tontos o vagos para comprarlas.

  3. Seguir la moda casi siempre conlleva confusión. Esta afirmación tiene que ver con la repercusión -y la mala conciencia- que han tenido las TICs en los profesores, vaciándose con cualquier novedad y pensando que esa es su oportunidad. Es preciso comprender lo que se cambia y por qué, probarlo, experimentarlo y luego pensar y decidir si es preciso incorporarlo a nuestra pedagogía. Incorporar por incorporar formatos TIC en el aula o fuera de ella no siempre es la mejor fórmula. Los «entusiasmados» con las TIC, que tanto proliferan en nuestros ambientes, quieren invadirlo todo de internet o parcialmente. No es lo más conveniente. Es preciso comprender las cosas, entender para que sirven, experimentar parcialmente, y ver los efectos de aprendizaje y resultados que obtienen …… es preciso analizar en profundidad, antes que lanzarse …..
    Ahora bien, tampoco se trata de esperar a que otros nos den su opinión, o nos den envidia porque hacen las cosas de otro modo y a nosotros nos gustaría molar de la misma manera que ellos. Es preciso conocer las experiencias de otros, estar abierto a sus procesos y resultados, ver tu propia realidad, interrelacionarla, experimentar y lanzarse lo más pronto posible. Tampoco es cuestión de esperar a que maduren tanto las uvas que no sean ya comestibles.

  4. Hoy, las instituciones educativas, la mayoría, están lanzadas a experimentar, aún sin conocer bien, con cualquier TIC. Es más, tienden a proyectar la imagen de que la innovación educativa es innovación educativa tecnológica o TIC, y eso es un error, si el proyecto pedagógico no transforma el espacio del aula.

    En dicha tendencia, poner en marcha una formación basada en las TIC tiene un efecto casi inmediado y similar al que decía Marx cuando hablaba del capitalismo y el desarrollo de las fuerzas productivo-tecnológicas …. acaban modificando los comportamientos sociales y olvidándose de lo esencial …. siendo el ser humano una consecuencia inevitable de la innovación tecnológica. Porque la innovación tecnológica, y los TICs piensan por nosotros, y conducen el aprendizaje no por los caminos de la humanidad, sino de la frialdad de las máquinas ….. y sin consciencia de lo que está ocurriendo. Y sin voluntad es probable que el aprendizaje sea demasiado alienante y ataque los grados de libertad en que nos movemos.

    TICs si, pero sabiendo lo que significann y preparándose para aplicarlas oportunamente, pero nunca obviándolas … sino conociéndolas, experimentándolas, trabajándolas.

    Innovar no es un regalo, precisa de tiempo, de mucho tiempo, sobre todo para comprender y para hacer las cosas bien cuando se producen cambios en el entorno y la realidad es diferente. Innovar no es hacer algo y tirarse a la bártola, sino que requiere mucho trabajo y mucha, mucha seriedad.

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