¿Podemos poner el pensamiento por un momento en un país como China? La universidad Complutense está llena de chinos que vienen a estudiar. ¿Os podéis imaginar lo que eso significa en dinero/financiación? China es ahora un país de «nuevos ricos» y eso no es una definición, sino una categoria social.

La España de la burbuja inmobiliaria generó la última generación española de «nuevos ricos». La España que por casualidad «descubre (sic) América» se convierte en un privilegio para «nuevos ricos». Los hijos de los «viejos ricos» de esa época, los segundos o terceros que eran en gran medida desheredados (el mayorazgo es una institución que ha perdurado hasta hace unos cien años) se hicieron «nuevos ricos» en las Américas: «hicieron las Américas», y luego se consolidaron como clase dominante, poco a poco vieja, de esas Américas, sobre todo, después de lograr la independencia del imperio (decadente) español.

El fenómeno-constructo de los «nuevos ricos» no es exclusivo de nuestro país, pero cobra unas dimensiones especiales en él. Parece como si muchos «estuvieran esperando la oportunidad de hacerse nuevos ricos». He conocido a algunos «nuevos ricos», en viajes, o en cursos o en empresas o en política. Y sinceramente, siempre me han producido una gran repulsión …. porque sólo son «dineros» ….. USA ha sido y sigue siendo hasta culturalmente, un país de «nuevos ricos», y hasta el gran institucionalista Thorstein Veblen, dedicó una buena parte de su tiempo a estudiarlos (a los ricos y a los «nuevos ricos»), esas oligarquías que emergen al estilo del «lobo de Wall Street» o similares. «La teoría de la clase ociosa» se denomina uno de los trabajos de Veblen.

Siempre me han chocado los «nuevos ricos», porque al ser la muestra del éxito (casi siempre económico, pero también político y de poder), son como los auténticos representantes de este capitalismo neoliberal que nos abruma. La idea de «nuevo rico» tiene ciertas correspondencias con la idea de «acumulación originaria» en Marx, considerada como una excepción del sistema (lo era, ya no lo es) porque fundamentaba su actividad en la «desigualdad», en los intercambios desiguales. Ciento y pico años después descubrimos que la desigualdad es más inherente a un sistema de mercado de lo que todos creíamos y hemos confluido en una especie de capitalismo financiero que ha acentuado las cuotas de desigualdad social hasta límites casi insospechados. El gran Gini tiene que estar contento, es el que mejor sigue midiendo esa desigualdad y ha quedado para siempre para la historia.

Un «nuevo rico» es un personaje singular que se define como un alexithimico: money-money sin sentimiento. Llegas a los USA y entre personas educadas y visitando su casa, lo primero que te dicen es que esa casa es suya, la han comprado por tanto, y ahora ya vale tanto (un mal uso sin duda de la idea de valor: claro que en USA conocieron poco a Antonio Machado y eso de que «todo necio confunde valor y precio». Es comprensible). Pues no, no lo es tanto, sino que es un hecho cultural. He entrado en muchas casas de anglos, de irlandeses, de franceses, de españoles, etc. y nunca tantas veces me han recibido «enjaetados» en el «valor» de sus propiedades. No es tan común culturalmente, pero claro, también ahí hay «nuevos ricos».

En España, en esta última época de la burbuja inmobiliaria promovida para sus amigos por el «gran» (sic) Aznar, y que menuda nos ha montado con las consecuencias de endeudamiento y empobrecimiento subsiguiente desde 2008 (porque él si es el responsable de lo que nos viene ocurriendo desde 2008 y no el pánfilo de Zapatero, que el hombre hizo lo que pudo y fue un buen presidente desde el punto de vista de avance y progreso social). De ese personajillo que era (y es) Aznar vienen «estos lodos» y fue la época en que los «nuevos ricos» «hicieron su agosto» (y su septiembre y demás meses). Por eso, y porque la justicia aquí va lenta, sobre todo para los «ricos» en general y para «los nuevos ricos» en particular, es por lo que quince o diez años después nos encontramos con tantos «nuevos ricos» que en algún caso hasta han entrado en la cárcel, aunque menos de lo que merecen, indudablemente.

Y resulta que una buena parte de los «nuevos ricos» proceden de dos grupos emergentes: los «directivos», inicialmente de empresas públicas, luego también de empresas privadas y muy privadas que han montado las «corporaciones» (esos lugares ocultos que no son conocidos más que en sus publicidades y nunca en su interioridades), que tienen su papel como «nuevos ricos» en el crecimiento de su ¿casta? y dada su falta de escrúpulos o valores o como quieran uds. llamarles, han «enmierdado» todo el panorama político y económico, si no es que ya lo estaba y no se veía tanto como ahora (que es lo que yo también pienso). El otro grupo, muy vinculado al primero, porque el de «directivos» busca y provoca y el otro, cobra y facilita, es el de los «políticos». Claro que igual que estoy hablando en este país de este siglo, podía hacerlo del pasado o del anterior o ……. (si tiene dudas el lector léase que es muy ilustrativo: «Los males de la patria» de regeneracionista Lucas Mallada, o «El Quijote» mismo, sin ir más lejos). Lo dicho, «directivos», «políticos» y en segundo término, acompañando, «periodistas» (claro, no todos los directivos, no todos los políticos, no todos los periodistas, pero los más significados, que son muchos), son los «nuevos ricos» aflorados en nuestra sociedad.

¿Se han dado cuenta de que 5 de cada 6, por no decir 6 de cada 6 en una tertulia son periodistas? ¿Es posible que sepan tanto y tan profundamente y de todo? Pues si, es su cuota de poder. También lo tienen en periódicos esperpénticos y buscadores de lectores, enloquecidos por la noticia cuanto más escabrosa mejor. No es aceptable la perversión o lo canallesco como característico de los que ejercen el periodismo, pero los «nuevos ricos» del sector se dedican básicamente a ello. Me decían en UK que los periódicos de la tarde se inventaban muchas noticias para vender más. Hace mucho que tengo esta impresión entre los periódicos de la mañana (aquí la gente dejó de leer por la tarde, parece ser) que han de competir con las simplificaciones de las televisiones en sus informativos y su búsqueda de «extremos = noticias», siempre para sorprender y hasta atemorizar a su público.

En la sombra, los «directivos» (me encanta la imagen de la corporación de «Blade Runner», ¿la recordáis?); en la palestra y en directo, los «políticos», y hablando de ellos sin ningún recato, los «periodistas»: las nuevas clases «ociosas», o como yo prefiero, los «nuevos ricos» (económica y normalmente, en términos de poder).

Gente soberbia, engreida de sí misma, de «luces» cortas, simplificadores sociales, manipuladores de voluntades, generadores de modelos a imitar por mayorías sociales, …….. gente que no destaca por su pensamiento, sino por su verborrea o su capacidad para subir por el entramado burocrático; gente que no destaca por su ecuanimidad ni por su humildad, sino por su prepotencia, sus maneras autoritarias; gente que no destaca por su solidaridad o su cooperación, sino por el éxito de ellos mismos, que «son únicos», dado que lo han demostrado «engañando a todos»; gente …… no les llamaría nunca seres humanos, sólo gente …..

Y …. lo peor es que son un modelo a imitar ….. y hay muchos imitadores … cada día más, porque es una forma de superar los múltiples límites que el sistema pone ….. y de ubicarse en algún resquicio de poder que no haya sido todavía explotado.

El tono social, eso que se llamaba conciencia social, está cambiando mucho más de lo que creemos ….. cada día estamos más simplificados, tenemos prisa de tener prisa, estamos en un estado de estrés en el que no tenemos tiempo para comprender, y las «imágenes» que nos muestran las repetimos con mayor facilidad de lo que nos gustaría que ocurriese.

Lo que está ocurriendo en España -y tal vez haya ocurrido en Grecia o en Portugal o en Irlanda o en Alemania-, exagerado y extremo como es, crítico para muchos y beneficioso para algunos; esta práctica de la irresponsabilidad y la mentira, que muchas veces repetida «acaba» siendo verdad, ya ha ocurrido en otras épocas históricas que creíamos superadas: por ejemplo, en el nazismo, en el fascismo, en las dictaduras tipo Trujillo o Batista y demás. La mentira dicha continuamente se acaba convirtiendo en verdad …. pues bien, el ejemplo de esta generación del «gran Aznar» de «nuevos ricos» es una gran mentira que se ha convertido no sólo en verdad y vergüenza de todos nosotros, sino en cierto modo en modelo y contramodelo que es preciso superar ….. no me gustan los ricos ni los nobles (decía Proudhom que «la propiedad es un robo» y yo añado, la gran propiedad, siempre lo es), pero mucho menos me gustan los «nuevos ricos» porque ellos son el presente y ese presente exitoso fragua un futuro lúgubre que es preciso superar.

Esperemos que los nuevos aires sociales empiecen a airear, si es posible, cosa en la que siento ser pesimista, pero lo soy, que al menos durante un tiempo las cosas cambien ….. aunque me temo que los «nuevos ricos» son muy «inherentes» a la cultura y conciencia social profunda de este país.

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2 comentarios en «Nuevos ricos»

  1. «Nuevos ricos» pueden llegar a ser los «Podemos», porque como contramodelo han tenido un «éxito» fulgurante y en cierto modo, tan inesperado como lo fué que Colón encontrase «las Américas» y convirtiese a la España del siglo XV en un «nuevo rico», que no tuvo tiempo para digerir tanta «riqueza» en tan poco tiempo y se dedico a malgastarla en «defensas de religiones ultras» y guerras inacabables.

    Es difícil digerir un éxito tan extraordinario, y ya siento que algunos planteamientos en Podemos empiezan a vislumbrar posiciones donde la necesaria humildad y la importancia del conocimiento para «conocer donde estamos» empiezan a retroceder. Aunque es posible que el éxito de Syriza permita rehacer algunos de estos comportamientos, todavía incipientes, pero preocupantes.

  2. Pienso que las «Américas» jugaron una mala pasada en la historia ….. y nos situaron en una posición frágil y supuesamente llena de riquezas, pero realmente en una pobreza vergonzante, y que ha permitido un nacionalismo sin bases («el imperio hacia Dios») y una sociedad siempre atrasada y a rastras de los demás …. pensando, como han pensado muchos países con auténticas riquezas -pongamos por caso cualquiera que tenga petróleo a espuertas-, que no valía la pena trabajar y esforzarse porque ya todo estaba conseguido. Sólo los excluídos de la periferia mediterranea y del norte, supieron lo que es esforzarse … porque no les dejaron entrar en el reparto del «pastel América» durante los dos siglos que «dió beneficios extremos».

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