Dirigirnos

“Las acciones son buenas, decía Mill, en la medida en que tienden a promover la felicidad, malas en la medida en que tienden a producir lo contrario de la felicidad. Por felicidad se entiende placer y ausencia de dolor; por infelicidad, dolor y privación del placer”.

Nuestros actos, también como directivos de otros y de nosotros mismos, conllevan placeres e infelicidades, en gran medida por su inconsciencia al aplicarse y producirse como tales actos. Según actuamos producimos en nosotros mismos y en el entorno, placeres e infelicidades sin medida y sin parar.

Ser, en la medida de lo posible, conscientes no sólo de sus efectos, sino anticiparse y preparar conscientemente nuestros actos reduce esas tensiones y facilita el estado motivacional nuestro y de nuestro entorno. Las personas y, consecuentemente, los que dirigen, han de saber el tremendo efecto que tienen sus actos, su efecto a veces motivante y otras desmotivante. Profundizar sobre el setting metodológico que alumbra las acciones de cada uno, es un gran reto, un reto de consciencia, un reto humano, y como tal, es de una gran importancia para la vida.

Todos las personas, todos los que dirigen y los que no dirigen a otros, tienen un método, aunque sea inconsciente. Saber como reaccionan, como quieren conducir, con qué recursos, y con qué énfasis es muy importante. La consciencia del yo es la antesala de un principio de cambio y de modificación. Hacemos cosas, muchas cosas, pero muchas veces desconocemos el por qué y cuanto y cuando de lo que hacemos. Sin duda, si nos preguntan en ese momento, o si nos preguntamos nosotros mismos, encontramos una razón para obrar de una forma determinada, pero no se trata de una razón cualquiera, sino de los resortes que nos llevan a hacer las cosas de una manera y no de otra.

Me parece muy ilustrativo el libro de Kets de Vries “Prisoners of leadership”, y algunos otros escritos por el mismo autor. Pero en todo caso, lo importante es hacer consciente por qué y a qué responde nuestro comportamiento. Y no se crean, no es nada fácil aprenderlo. Ya dijo alguien, tal vez Sócrates, aquello de “conócete a tí mismo”. El método de dirección, así como igualmente, el método para vivir y para dirigirnos a nosotros mismos, ha de tender a ser básicamente consciente.

Entradas relacionadas

Un comentario en «Acciones y felicidad»

  1. También podría ser cierto, en base a mi propia experiencia, que hacer cosas buenas para otros podría llenarte de felicidad. Sin embargo, a veces, lo intentas, pero no consigues que los demás sean felices …. tal vez porque no te entiendan o tal vez porque no quieran reconocer que son felices con tu aportación ….. Todo es más complicado de lo que creemos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *