«La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede» Aldous Huxley
Bueno, como no iba a ir encaminado el gran Huxley «lo que haces con lo que te sucede» … exactamente. Y de eso queremos hablar, de lo que haces, de lo que intentas. No queremos hacer como las escuelas de negocio que estudian sólo los casos de éxito. Eso sirve para bien poco, porque lograr éxitos es excepcional, y de hecho la mayoría de los casos de éxito que estudian están tan retocados como las fotos de las actrices de Hollywood, retocados en plan photoshop. Sirven para engañar a incautos o para «crear» ideologías poco justificadas, la del éxito, por ejemplo, que tanta gente ha malogrado.
No, no y no. No queremos ser perfectos, queremos ser humanos, queremos buscar y seguir buscando, pero sabemos que lo que hacemos siempre puede ser mejorado. Y no siempre cuando sabes que te ha ido bien, es obligatorio que haciendo lo mismo, vayas a acertar. Queremos vivir, y para eso, nada mejor que cada experiencia sea novedosa, aunque sea una reiteración de otra que ya hemos vivido.
Nuestras experiencias no son perfectas, y no las contamos porque sean perfectas, y totalmente exitosas, sino porque hemos tenido la valentía de intentarlo, de probar y alguna vez hemos acertado. Pero aprendemos más de los errores haciendo cosas que de los aciertos. Aunque es casi cierto que según vas probando y alguna vez acertando, parece que los nuevos intentos son más fáciles de acercar al blanco, y obtener premio. Pero no trabajamos por el resultado. Trabajamos y lo intentamos por el proceso de aprendizaje que lleva a un sitio, y podemos reflexionar para aprender de lo que ha funcionado -no siempre repetir lo que ha funcionado, vuelve a funcionar-, y sobre todo, de dónde nos hemos equivocado y por qué. Ahí está el aprendizaje. No en acertar, sino en intentarlo y no parar de intentarlo, por supuesto, con una reflexión paralela. Le llamamos action-research, algo así como una acción paralela a una comprensión-investigación que nos permite seguir haciendo con alguna información y conocimiento más que al principio.
Lo mismo pasa con el V Encuentro. No queremos que sea perfecto, sino mejorable. Queremos aprender, y para aprender hay que tener la humildad de saber que no es fácil llegar y en realidad, no es preciso llegar, sino intentarlo y aprender algo de lo que hemos hecho y cómo se ha hecho. Sabemos que esa es la vida humana, y lo demás son ideologías. Ideologías altamente perniciosas en sí, porque acaban destruyendo nuestras vidas y hasta nuestras ganas de hacer, a no ser lo contrario de lo que te incitan a hacer. No, no somos máquinas, somos seres humanos, trabajamos con otros seres humanos. Sabemos que es importante profundizar en las relaciones, en las interrelaciones entre seres humanos, que es una buena plataforma para seguir intentándolo. Juntos, en grupos, podemos. Sólos estamos casi perdidos en la inmensidad de este caos universal en que vivimos. No, intentar ser el mejor sólo sirve para que te den un premio y te lo creas. Justo lo contrario de lo que queremos nosotros. No buscamos un premio, buscamos relaciones, buscamos comunicación, buscamos amistad, buscamos compartir experiencias y vida, buscamos organizarse agrupadamente para proyectar innovaciones, para mejorar lo que vivimos, porque nos gustaría ayudar a otros en su búsqueda de nuevos horizontes.
Queremos sobre todo, reencontrarnos con el ser humano, con los seres humanos, y por eso nuestra metodología parte de la cooperación, del encuentro, de la colaboración, del grupo, de la interacción, del intercambio de experiencias entre nosotros. Sabemos que las TICs pueden ser muy útiles, pero también muy peligrosas y adictivas. Las conocemos, sabemos lo que permiten, y en algunas de ellas sabemos apoyarnos, pero no queremos prisas, ni queremos caer en manos del mecanicismo de las máquinas, sino que las máquinas han de estar a nuestro servicio, al servicio de la humanidad, entendida como interacción entre seres humanos, entre personas que quieren para si y para sus hijos y nietos una vida más humana y menos condicionada por las máquinas y sus consecuencias en gran medida inevitables.
Nuestro grupo Prometeo 2020 se centra en las personas, en los grupos, y quiere ayudar. Este mismo V Encuentro no «costará» más allá de quinientos euros, reunirá a unas cien o algo más personas y durante día y medio trabajaremos en reconocer lo que nos pasa y dónde estamos, para luego, forjar grupos de innovación que organicen proyectos para cambiar no sólo los espacios de aprendizaje, sino también las organizaciones y porque no, el sistema político anquilosado en el que nos obligan a vivir.