«… vuelve a ti mismo, a aquello en ti que no te puede engañar. Tu impotencia no es sino pereza para caminar. Tu humildad no es otra cosa que temor orgulloso a tropezar con la mirada de los demás. Tropezar no es nada, lo malo es divagar, salirse de su camino, dejar de prestar atención a lo que se dice, olvidarse de lo que uno es. Toma, entonces, tu camino»
Me impacta:
– volver a uno mismo, adónde no te pueden engañar.
– recordarnos que impotencia y pereza están muy cerca e impiden seguir
– Me encanta eso de que la humildad es un temor orgulloso a tropezar con la mirada de los demás. Cuántas veces veo a un ex alumno que si ahora fuese mi alumno me saludaría, y cuando estaba conmigo no sólo parecía encantado, sino que casi puedo asegurar que lo estaba, y el tono pseudo-humilde cultural que se vive en este país, le obliga a bajar la mirada cuando se cruza conmigo, tal vez porque va con un amigo de su edad y le parece «rebajarse» (orgullo) el que lo vea saludando a su profesor.
– Si, tropezar no es nada, sólo una oportunidad para aprender del tropiezo, nunca una disculpa para no seguir.
Una cita que nos hace reflexionar. Rancière-Jacotot nos la ponen en bandeja.